El resurgir de la metafísica (II)

[Adolfo Castilla] Continuamos en esta segunda entrega del trabajo sobre la importancia en el hombre de la subjetividad y sobre una posible recuperación del interés por la Metafísica, aportando algunas ideas sobre el papel de la información y el de una posible “consciencia cósmica” en el universo en el que vivimos. Sugerimos una relación entre la energía y la información y, en un salto especulativo mucho mayor, entre la información y la consciencia o semántica existente en dicho universo. Utilizamos la Integrated Information Theory de Giulio Tononi y otras investigaciones posteriores como argumentación de nuestras propuestas. Abogamos, además, por un lenguaje y un método para entendernos con más facilidad en el mundo del espíritu, proponiendo la incorporación de la mecánica cuántica al estudio de dicho mundo.

 

Importancia de la información y la semántica

Personalmente creo que desde donde nos deja la ciencia, hasta Dios, hay un largo trecho, cedido, exclusivamente, a la fe. Considero que ese espacio se puede reducir, sin acudir a la “naturalización del espíritu”, en lo que yo no creo. Me adhiero más bien a la “espiritualización de la materia” y para ello necesitamos una nueva forma de encararnos al espíritu que no sea científica pero tampoco puro fideísmo. Entre la ciencia y la fe yo creo que nos falta algo nuevo a lo que yo llamo “espiriciencia”, a la cual algunos llaman “la ciencia de la emergencia”, o, incluso, la “ciencia de la consciencia”, la cual no debe ser, por supuesto, una ciencia del espíritu en la que se intente utilizar el método científico y obtener demostraciones de laboratorio.

Es probable que el hombre nunca pueda llegar a Dios cien por cien con su mente y sus razonamientos, la fe siempre será necesaria, pero no hay motivos para no creer en la posibilidad de avanzar con explicaciones diversas sobre el espíritu. La física cuántica, por ejemplo, abre una posibilidad. Adecuadamente utilizada la mecánica cuántica puede ser un primer paso para adentrarnos en el mundo del espíritu.

Todo confirma la existencia de una realidad objetiva a nuestro alrededor, pero para conocerla el hombre tiene que imaginar y formular hipótesis en su mente. Así ha ocurrido siempre desde la aparición del homo sapiens, incluyendo en ese proceso no solo a las reflexiones sobre la ciencia y a los conocimientos sobre la naturaleza. Nada se produce en el mundo científico sin las hipótesis mentales del hombre y sin la iteración entre este y la naturaleza.

El funcionamiento del mundo del pensamiento y de las ideas, por una parte, tiene mucho de cuántico, y lo físico, por otra, tiene mucho de pensamiento. El “entanglement”, por ejemplo, se asemeja bastante al fenómeno del recuerdo humano.

Importancia de la semántica del mundo físico

Esto es puro Kant y otros filósofos, pero yo añado, como hipótesis, claro, que la consciencia, no es la capacidad de crear el mundo exterior, sino la capacidad de recibir y asimilar la semántica, el significado o la consciencia existentes en nuestro entorno. La mente y la inteligencia del hombre han evolucionado hasta conseguir captar la semántica externa y seguirán avanzando en esa dirección de una forma bastante cercana a lo que explicó Teilhard.

Hay pasos previos necesarios para explicar el mundo de la consciencia, por ejemplo: a) darle más papel a la información y a la semántica de la naturaleza y del mundo exterior al hombre; b) incorporar la mecánica cuántica a las explicaciones que necesitamos; c) admitir (al menos como hipótesis) la existencia de una “consciencia cósmica”, como consciencia de un Ser Superior.

Como simple hipótesis, yo creo que, en la sopa primigenia del Universo, después del Big Bang, no solo había energía y materia, sino que había también información y consciencia.

El papel de la información ha sido investigado y utilizado muy a fondo por el físico, escritor y divulgador británico Paul Davies (nacido en 1946), editor del ya mencionado, Information and the Nature of Reality. From Physics to Metaphysics. Hoy, además, y desde 2010, disponemos de las investigaciones de Vlatko Vedral expuestas en su libro de 2010, Descodificando la realidad: El universo como información cuántica. Libro sobre el que hay una excelente exégesis realizada por Javier Monserrat en Tendencias 21 de mayo de 2012.

Los dos, Vedrai y Monserrat, utilizan a Claude Shannon (1916-2001) y se refieren a él como fundador de la Teoría de la Información, cosa que no es cierta. Me he detenido en otros escritos en el uso que hacíamos de Shannon y sus teorías en la Universidad de Pennsylvania en los años que pasé allí en dos periodos distintos en el lapso de tiempo entre 1969 y 1977 y es por eso por lo que hago esa precisión. Russell L. Ackoff (1919-2009), uno de mis grandes maestros, decía en sus clases que Shannon no había escrito sobre Comunicación, ni siquiera sobre Información, dijo que había formulado una teoría sobre la transmisión de datos, como buen ingeniero eléctrico que era y además trabajando en los Bell Labs, una institución de la poderosa AT&T.

Esto es cierto, y el mismo Shannon indicó en repetidas ocasiones que el significado no importaba para sus teorías, él solo había trabajado en la transmisión de datos a través de las redes telefónicas.

Una especulación bastante extrema

En relación con estas cuestiones, yo, de hecho, siempre he creído que Einstein se quedó corto al formular su famosa ecuación: E=mxc2 (Energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado). Ya hace unos años especulé que en realidad hay, al menos dos pasos más:

I = Exc4 (Información es igual a energía por la velocidad de la luz a la cuarta potencia). Hoy sabemos que detrás de la Energía está la información, o que la energía es en realidad información.

C = Ixc8 (Consciencia es igual a la información por la velocidad de la luz elevada a la octava potencia). Yo creo que la información es en realidad semántica (significado), es decir, consciencia.

Con lo que:

C = Ixc8 =Exc4xc8 = mxc2xc4xc8 = mxc14

C = mxc14 es la ecuación del Big Bang. Una magnitud tan impresionante que nos da idea de lo que debió ser aquel fenómeno, que transformó, en mi opinión y como simple especulación, la consciencia cósmica en materia.

Los más matemáticos y puristas dirán que, ¿cómo es posible poner en una fórmula matemática la consciencia, cuando no sabemos ni lo que es ni cómo se mide?, y tienen razón. Lo que indico es una mera especulación. Aunque no debemos olvidar que hay un paso intermedio entre la consciencia y la energía que es la información en cuanto a semántica. Hemos aprendido a medir la información, por ejemplo, en forma de bits necesarios para su transmisión y distribución, pero no sabemos todavía cómo manejar el significado incluido en una frase o en una metáfora.

No debemos olvidar tampoco dos cosas importantes en relación con esta cuestión de matematizar el significado y la consciencia. Una, que tampoco resultaba muy clara la relación entre masa y energía formulada por Einstein en los primeros años del siglo XX; en 1905, de hecho, escribió, «La masa de un cuerpo es una medida de su contenido energético». Otra, que, precisamente, en lo que se está avanzando en la actualidad es en la relación entre materia y espíritu. Cuando uno se adentra en lo que se está escribiendo sobre las partículas elementales, parece que hay un momento al descender en los niveles de estas, que se llega a partículas sin masa. Contienen solo energía, y según mis propuestas, es posible que información y consciencia. Es decir, hay un salto cualitativo, o una conexión entre lo físico y lo espiritual.

Utilizando la expresión de Einstein sería menos difícil aceptar algo así como, “la masa de un cuerpo es una medida de su contenido energético, de su contenido informativo y de su contenido de consciencia cósmica”.

Algo más sobre Integrated Information Theory

Y, adicionalmente, podríamos acudir a trabajos recientes, alguno ya mencionado como la Integrated Information Theory de Tononi. Insistimos en que la intención de este autor al formular su teoría es explicar qué es la conciencia y por qué podría estar asociada con ciertos sistemas físicos. Dado cualquier sistema supuestamente consciente, como el cerebro humano, la teoría predice si ese sistema lo es, en qué grado es consciente y qué experiencia particular está teniendo o es capaz de tener. En gran manera es un método para medir la cantidad y calidad de consciencia de un sistema físico.

Está muy unido a la “hipótesis núcleo dinámico” formulada por Gerald M Edelman (1929-2014) y el mismo Giulio Tononi, en su libro, A Universe Of Consciousness How Matter Becomes Imagination (Basic Books, 2000). Tiene que ver con el hecho identificado por estos autores en el funcionamiento de las neuronas, según el cual una parte del sistema en estudio (una parte de una red neuronal) interacciona mucho más intensamente con él mismo, o dentro de él mismo, que con el resto del sistema. La consciencia, en otras palabras, surge en un núcleo muy dinámico.

Por otra parte, en abril de 2019 se publicó en la Web, Futurism, la noticia, o reportaje corto, siguiente: “THESE MATHEMATICIANS THINK THE UNIVERSE MAY BE CONSCIOUS” (Estos matemáticos piensan que el universo puede ser consciente).  Se hacían eco de un artículo de los físicos y matemáticos, Johannes Kleiner, del Munich Center for Mathematical Philosophy y Sean Tull, del departamento de Computer Science de la Universidad de Oxford, de título, The Mathematical Strucure of Information Integrated Theory.

Pronto, además, surgió otro, complementario del anterior, Towards Quantum Integrated Information Theory, de Paolo Zanardi, Michael Tomka, y Lorenzo Campos Venuti, que insiste en la importancia de esta teoría.

El primero de ellos fue evaluado por la revista, NewScientist, el mismo día 29 de abril en que fue publicado el primer trabajo, y actualizada, por cierto, el 4 de mayo de 2020, el mismo día que el que esto escribe colgó en su blog, “Cognotecnología y Consciencia”, el post, Teoría de la Información Integrada y Universo Consciente (I) (https://economiayfuturo.es/teoria-de-la-informacion-integrada-y-universo-consciente-i/).

El responsable de la recensión mencionada es el conocido científico y divulgador inglés Michael Brooks (nacido en 1970), escritor habitual de esta revista científica. El título es: “Is the universeconscious? It seems impossible until you do the maths”. Analiza en él lo publicado por Kleiner y Tull y entra con cierto detalle en la Teoría de la Información Integrada.

Todo lo anterior para mostrar cómo se está avanzando en el estudio de la consciencia, cómo la consciencia parece existir por todos los sitios de nuestro universo y cómo parece ser posible ya evaluar si una estructura biológica (o incluso física) es más consciente que otra.

La consciencia cósmica vs el materialismo como ideología

La “consciencia cósmica”, en la que yo creo, al menos como hipótesis, es en realidad la consciencia de Dios. Sobre todo, después de leer a autores como Davies y el más ligero, pero imaginativo, Amit Goswami (nacido en 1936). La consciencia necesita algo similar al cerebro humano y es difícil imaginarla en el vacío o en el universo que nos rodea, a pesar de los trabajos citados. No debemos caer en ese sentido en ninguna forma de panteísmo.

Otro día especularemos algo más sobre la mecánica cuántica y sobre las posibilidades de conocer nuestro mundo más a fondo con el desarrollo de los ordenadores cuánticos. Aunque, como sabemos, estos últimos están atravesando por un terrible invierno. No están respondiendo a las expectativas que se habían puesto en ellos.

Hurgar en estas cosas es salirse del reduccionismo de la ciencia. El materialismo no deja de ser una ideología, como en parte señala Bernardo Kastrup en su libro, ¿Por qué el materialismo es un embuste?

Como hemos dicho ya, la ciencia a partir de un punto de comienzo es observación, medida y método, pero justo antes de ese punto la mente del hombre es la que formula las interpretaciones, las hipótesis y los paradigmas.

Y, digamos, para terminar, que el pensamiento humano, el mundo de la mente y de las ideas, parece funcionar de acuerdo con las leyes de la mecánica cuántica. Las ideas están unas veces en un sitio y otras en otro; parecen ondas, por un lado, y de hecho se mueven a través de los impulsos eléctricos de baja frecuencia que se producen en las neuronas, y por otro, y a través de procesos químicos, se transforman en corpúsculos, en las vesículas que transportan los neurotransmisores en los procesos sinápticos, es decir, parece existir un “superposición de estados”. El recuerdo es, como hemos dicho ya, similar al “entanglement”. La “coherencia- decoherencia” se da con frecuencia en el cerebro de muchas personas. Y, por si fuera poco, Roger Penrose (nacido en 1931) y Stuart Hameroff (nacido en 1947), que empezaron a colaborar en 1992, tras la publicación en 1989 de libro del primero, La nueva mente del emperador, formularon juntos un modelo de la consciencia denominado, “Reducción del Objetivo Orquestado (Orch-OR)”. Se indica en él que el “colapso de función de onda” se produce en los microtúbolos del interior de las neuronas.

 

Bibliografía

Aparte de los citados en el texto incluimos los siguientes:

Conill, Jesús (2021), Nietzsche frente a Habermas. Genealogías de la Razón, Tecnos, Madrid.

Conill, Jesús (2019), Intimidad Corporal y Personal Humana. De Nietzsche a Ortega y Zubiri, Tecnos, Madrid.

Davies, Paul (1984), God and the New Physics, Simon & Schuster, New York.

Davies, Paul (2019), The Demon in the Machine: How Hidden Webs of Information Are Solving the Mystery of Life, University of Chicago Press.

Koch, Christof (2019), The Feeling of Life Itself. Why Consciousness is Widespread but can’t be Computed, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts.

Monserrat, Javier (2015), El gran enigma: Ateos y creyentes ante la incertidumbre del más allá, San Pablo, Madrid.

Tononi, Giulio (2012), RHO. A Voayage from the Brian to the Soul, PANTHEON BOOKS, New York.

Stapp, Henry P. (2011), Mindful Universe. Quantum Mechanics and the Participating Observer. Springer, New York.