(Por Leandro Sequeiros) Una de las obras más relevantes de Charles Darwin, después de sus famosas El origen de las especies (1859) y El origen del hombre (1871), fue sin duda alguna La variación de animales y plantas bajo domesticación, publicada en su primera edición hace 150 años, en 1868. En esta, a diferencia de las dos mencionadas anteriormente en las que trata la variación de las especies de forma general analizando las causas (la selección natural, la selección sexual, la lucha por la existencia), Darwin se ocupa fundamentalmente y de forma extensa del papel de la selección en la variación de las especies de seres vivos cuando se hallan en estado doméstico. Es más: el paradigma darwinista se modifica a partir de este trabajo de 1868 al introducir la idea de que el cambio de clima influye en el cambio biológico. Desde entonces su programa de investigación incluye otros elementos, por lo que para algunos emergen nuevas fronteras en un nuevo Darwin.
Charles Robert Darwin (1809-1882) sigue estando de actualidad. El 24 de mayo de 1982, con ocasión de la celebración de los cien años de su fallecimiento, tuvo lugar en Televisión Española un debate sobre la figura del genial naturalista. Seis expertos internacionales de su figura diseccionaron sus propuestas. Desde julio de 2017 es ya accesible en youtube.
Las propuestas de frontera de Darwin no han sido comprendidas ni valoradas suficientemente, como reiteradamente insistió Stephen Jay Gould. Uno de los aspectos más discutidos del darwinismo se refiere al papel que el impacto del medio ambiente representa en su paradigma. Una de las obras más relevantes de Charles Darwin, después de sus famosas El origen de las especies (1859) y El origen del hombre (1871), fue sin duda alguna el Ensayo sobre la domesticación (1868).
En este, a diferencia de las dos mencionadas anteriormente en las que trata la variación de las especies de forma general analizando las causas (la selección natural, la selección sexual, la lucha por la existencia), se ocupa fundamentalmente y de forma extensa del papel de la selección en la variación de las especies de seres vivos cuando se hallan en estado doméstico.
Pero hay algo que nos parece más importante: La variación de animales y plantas bajo domesticación, de Charles Darwin, publicado por primera vez en enero de 1868 presenta novedades importantes. Gran parte del contenido del libro se refiere a información detallada sobre la domesticación de los animales y plantas, aunque en el capítulo XXVII también contiene una descripción de la teoría sobre la herencia que él denominó pangénesis.
Este trabajo de Charles Darwin, publicado hace 150 años, en 1868, ha sido interpretado de modos diferentes. Desde nuestro punto de vista (tal como hemos publicado en el volumen dirigido por William Darós) significa un cambio sustantivo en el paradigma darwinista. Desde este punto de vista defendemos que se puede hablar de un primer Darwin (hasta 1868) y un segundo Darwin (desde 1868).
Hay un texto en el ensayo sobre Variación con la domesticación que es objeto de debates entre los biólogos evolucionistas que creemos de interés. Este texto de Darwin dice así:
“Aunque toda variación está directa o indirectamente causada por algún cambio en las condiciones ambientales, no debemos olvidar que la naturaleza de la organización sobre la que se actúa es de lejos el factor más importante para el resultado. Lo vemos en diferentes organismos que, cuando se encuentran en condiciones similares, varían de diferente manera; mientras que organismos bajo condiciones diferentes, a menudo varían casi de la misma manera… Las condiciones determinarán que los individuos de la misma especie varíen del mismo modo o de diferente manera de acuerdo con ligeras diferencias en su constitución… Toda la organización se vuelve ligeramente plástica” [CH. R. DARWIN. The Variation of Animals and Plants under Domestication. Murray, Londres, 1868. Reeditada en 1998 por John Hopkins University Press, Baltimore. Edición castellana: La Variación de los animales y plantas bajo la domesticación. 2 tomos. Los libros de la Catarata-CSIC, Madrid, 2008. http://www.priceminister.es/offer/buy/47438862/La-Variacion-De-Los-Animales-Y-Las-Plantas-Bajo-Domesticacion—2-Tomos-Libro.html ].
Esta fecha de 1868 (hace 150 años) se completa con el centenario de la publicación de algunos de los ensayos más rompedores de Pierre Teilhard de Chardin. En 1918, Teilhard de Chardin redacta y fecha una serie de ensayos muy importantes, como “”El Alma del Mundo”, “La Gran Mónada”, “El eterno femenino”, “Mi Universo”, “El sacerdote”, “La Fe que opera”, “Forma Christi”, y “Nota sobre el elemento universal del Mundo”. Estos 8 ensayos están en preparación para ser publicados (junto con los cinco ensayos de 1919) en el volumen “La Gran Mónada. Escritos del tiempo de la guerra (1918-1919)” (editorial Trotta, Madrid) de Pierre Teilhard de Chardin, con presentación del doctor Emiliano Aguirre.
¿Existe un segundo Darwin?
La investigación actual basada en los textos inéditos o menos conocidos de Darwin depara sorpresas. Es más: sospechamos que muchas lecturas de Darwin estaban sesgadas por prejuicios ideológicos interesados de tipo ultradarwinista, defensores de la sola Selección Natural.
Postulamos aquí que Darwin, en los últimos 15 años de su vida, ya no era totalmente darwinista ortodoxo, tal como defiende Pierre Thuillier al que encontraremos más adelante en el programa de “La Clave” de 1982. Es decir, flexibilizó su postura original que consideraba a la Selección Natural el único factor generador de cambio orgánico.
Darwin en el programa de TVE “La Clave” (24 de mayo de 1982)
El año 1982 fue especialmente denso en actividades internacionales con ocasión del centenario del fallecimiento del naturalista Charles Darwin. Por una parte, ese año tuvo lugar en la ciudad de Jaca en Segundo Congreso de la Sociedad Española de Historia de la Ciencia. Estuvo dedicado especialmente a la figura de Charles Darwin y su impacto en la ciencia y en la cultura española de finales del siglo XIX. Y el volumen de Actas es accesible a los interesados.
Por otra parte, el programa de TVE “La Clave”, moderado por José Luis Balbín, dedicó el debate del 24 de mayo de 1982 a la figura de Charles Darwin.
Sobre el programa La Clave hay numerosas entradas en internet. Supuso un revulsivo intelectual en su época. Hasta su supresión. El correspondiente al 24 de mayo 1982 tuvo como protagonista a Charles Darwin. Coordinado y dirigido por José Luis Balbín tuvo como participantes a Andrew Barlow, bisnieto de Charles Darwin, hijo de Nora Barlow, que fue la hija de Horace Darwin, hijo de Charles y profesor de Medicina en Cambridge; al profesor Osvaldo Reig, argentino y profesor de evolución en la Universidad Simón Bolívar de Venezuela, experto en Vertebrados fósiles; estuvo presente el profesor Faustino Cordón, Doctor en farmacia, biólogo, experto en alimentación que hizo famosa la tesis que “cocinar hizo al hombre”; el quinto participante fue el profesor Bermudo Meléndez, Catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense, y autor de muchos estudios sobre la evolución; estuvo presente el filósofo de la ciencia Pierre Thuillier, experto en el pensamiento de Darwin; y quien esto escribe, Leandro Sequeiros San Román, en aquella época Jefe de la Sección de Geología de la Universidad de Zaragoza.
Más adelante presentamos por vez primera el video del debate, así como algunos comentarios al mismo. Según afirmó el mismo Balbín, “en 1968 se iba a tocar la figura de Darwin en La Clave, “antes de que La Clave pasase a las tinieblas exteriores”, pero no se pudo hacer porque no llegó la película que se iba a proyectar. Por fin, en 1982 ello fue posible.
Pero será necesario recordar algunos datos biográficos de Charles Robert Darwin (1809-1882).
La vida azarosa de un naturalista aficionado: Charles Robert Darwin (1809‑1882)
Unos cuantos datos biográficos ayudan a centrar la figura del gran naturalista. Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de 1809 (por eso el 12 de febrero de 2009 ha sido declarado “día mundial de Darwin”) en Shrewsbury (Inglaterra) dentro de una familia acomodada y numerosa.
Nadie duda de que en 1859 se publica una de las obras más polémicas del pensamiento científico: On the Origins of Species by means of the Natural Selection. Su autor, un oscuro naturalista británico poco conocido en su tiempo: Charles Robert Darwin. Tras unos años de silencio sobre el problema de la evolución, Darwin volvió a escandalizar a los creyentes y a los “bien pensantes” al sacar a la luz en 1871 su obra La Descendencia del Hombre y la Selección Sexual, a la que siguió en 1872 La Expresión de las emociones en el Hombre y en los animales.
Antecedentes familiares
Charles Robert Darwin nació y creció en un ambiente de vida campestre. El 12 de febrero de 1809, Charles se incorpora como el quinto de los seis hijos (cuatro mujeres y dos varones) de Robert Waring Darwin y Susannah Wedgwood en Shrewsbury, la cabecera del condado de Shropshire. El padre de Charles fue el tercer hijo de Erasmus Darwin, médico de gran reputación no solamente por el exitoso ejercicio de su profesión, sino también por su obra acerca de la filosofía natural, en la cual había formulado algunas ideas sobre la transformación del mundo orgánico, las cuales se han considerado en cierta forma precursoras del pensamiento evolutivo que dominaba en la época de Charles.
La crisis de 1817
A la edad de ocho años la vida de Charles sufrió un profundo cambio: la muerte de su madre en julio de 1817. Antes de morir, ella había arreglado que Charles ingresara en una escuela de filiación unitaria, credo religioso al que ella pertenecía. Así, aparte del doloroso cambio en su vida familiar, Charles asistió, por primera vez, a una escuela formal.
De esta época Darwin recuerda dos aspectos interesantes en su Autobiografía, que escribió en las postrimerías de su vida: era un niño lento para el aprendizaje («más lento que mi hermana pequeña Catherine»), y su afición por la historia natural, que ya se reflejaba desde esa edad temprana por el interés en conocer la variabilidad de las plantas ornamentales que crecían en el jardín de su casa y en el de la escuela.
En el verano de 1818, hace 200 años, al año de haber iniciado sus estudios, su padre lo cambió a un colegio mucho más formal, en el que permaneció hasta los 17 años. Este colegio, que funcionaba como internado, era dirigido por un famoso profesor, el doctor Butler, y estaba ubicado en la ciudad de Shrewsbury, a un par de kilómetros de El Monte.
Durante los siete años que pasó en el colegio del doctor Butler, Charles siguió desarrollando su inclinación por las cosas de la naturaleza, que se expresaba en su fascinación por la cacería y la observación de los animales domésticos, en particular los perros y muy especialmente su mascota, que siempre lo esperaba ansiosa los fines de semana que pasaba en su casa. Otra expresión de su interés por el conocimiento de la naturaleza fue su constante interés por los experimentos de química, que realizaba en compañía de su hermano Erasmus.
El fracaso universitario de Charles Darwin
Su ingreso a la universidad también resultó un fracaso; la falta de estímulo de los métodos de enseñanza del colegio volvió a repetirse en Edimburgo, y Charles encontró todas las materias que tenía que estudiar «insoportablemente aburridas y horribles», con excepción de la química, por la cual siempre había tenido un gran interés, seguramente por sus aspectos experimentales.
También le resultó intolerable enfrentar el tratamiento del dolor humano con las técnicas de ese tiempo; cuando tuvo que asistir a una intervención quirúrgica practicada a un niño, desde luego sin anestesia, el sufrimiento y repulsión que experimentó fueron más de lo que podía tolerar, por lo que abandonó la sala antes de que terminara la operación.
Charles resistió dos años en Edimburgo, y eso porque continuó con su costumbre de adquirir información extracurricular por medio de su ávida afición a la lectura. Durante esa época tuvo ocasión de estudiar detenidamente la Zoonomía, la obra más conocida de su abuelo Erasmus, a través de cuya lectura se adentró por primera vez en las ideas evolucionistas de Lamarck. Otro factor que mantuvo a Charles en Edimburgo fue la participación que tuvo en una agrupación científica de carácter informal, la Plinian Society.
Sus estudios de teología en el Christ College (1828-1831)
Entre 1828-1831, desde los 19 a los 22 años de edad, cursa Estudios de Teología en el Christ College de Cambridge. En esa época leyó las obras del teólogo natural William Paley (1743-1805), en especial Pruebas del Cristianismo donde defendía con argumentos científicos la verdad de la Biblia. También pudo consultar la obra más conocida de Paley, la Teología Natural (cuya primera edición fue de 1803) y en la que defiende la existencia de Dios a partir de la contemplación de la naturaleza. El orden natural exige científicamente un diseñador. Estas ideas estaban arraigadas en el joven Darwin.
Pero el profesor de botánica del Christ College, John S. Henslow (1796-1861) descubrió y fomentó la vocación del joven Darwin a las ciencias de la naturaleza. Henslow le anima a presentarse como candidato a ayudante de naturalista en una expedición alrededor del mundo que organizaba la Armada Británica con objetivos cartográficos. Convencido su padre para obtener la autorización, Darwin puede remitir su solicitud con el aval de Henslow. El joven Charles es seleccionado para este puesto. Nunca supuso que este viaje cambiaría no sólo su modo de entender el mundo sino que también ayudaría a que el mundo futuro descubriera el mundo de otro modo diferente.
El viaje en el Beagle (1831-1836)
Entre 1831 y 1836, Darwin realizará el viaje de su vida. Embarca en un navío de la Armada inglesa, el Beagle, al mando del capitán Robert FitzRoy, fervoroso creacionista, con el que Darwin tuvo numerosos enfrentamientos. El joven naturalista, al observar el mundo de las rocas y de los seres vivos con ojos limpios, estuvo ayudado por la lectura del primer tomo de los Principios de Geología del abogado y geólogo Charles Lyell.
Esta lectura y sus propias observaciones, irán haciendo flaquear sus creencias en la creación directa por Dios de las especies, el Diluvio Universal, las catástrofes cósmicas, el diseño inteligente del mundo. Las ideas de variación, azar y contingencia, superpoblación, lucha por la existencia, supervivencia de los más aptos, irán socavando las ideas creacionistas propias de la sociedad victoriana hondamente religiosa.
En 1836, al regresar del viaje, Darwin se establece cerca de Londres, en Down, contacta con el geólogo Charles Lyell, con el que discrepa en muchos puntos, y comienza a redactar el Diario de un Naturalista alrededor del mundo (que se publica en 1839). En estos años inicia la redacción del primer cuaderno de lo que será con el tiempo El Origen de las Especies.
En esa época lee el Ensayo sobre la población de Thomas R. Malthus. El economista Malthus había escrito que en el futuro habría un problema en el mundo debido a la superpoblación. La producción de los alimentos crecía en proporción aritmética, mientras que el número de habitantes crecía en proporción geométrica. Habría un momento en que no habría alimentos para todos. Esta idea de la superpoblación aplicada a los humanos y, en general, a todos los seres vivos fue la base de la idea de la lucha por la existencia y la supervivencia de los más aptos de Darwin.
La redacción de sus tesis científicas sobre el origen de las especies le llevará 20 largos años de dudas y vacilaciones. Se conocen los cuadernos de Darwin, donde anotaba con minuciosidad sus pensamientos. Tras muchas noches en vela por la trascendencia de sus hipótesis no se atrevía a dar a conocer sus ideas.
Pero al llegar a sus manos un ensayo del naturalista Alfred R. Wallace en el que sostiene sus mismas teorías sobre la Selección Natural, Darwin es forzado por sus amigos Hooker y Lyell a publicar su obra muchas veces escrita y modificada. En 1858 se da a conocer en la Sociedad Linneana de Londres un trabajo conjunto firmado por Wallace y por Darwin sobre la Selección Natural, que provocó mucho revuelo entre los científicos e incluso entre los profanos.
El Origen de las Especies por la Selección Natural (1859) y otras obras
En 1859 tuvo lugar la publicación de la primera edición de El Origen de las Especies por la Selección Natural que se agotó el mismo día, dada la polémica con que venía precedida. Entre 1861-1881, Darwin pasa 20 años de activo trabajo en su casa de Down (Londres).En estos años tiene lugar una amplia producción científica de la que se puede tener noticia en la bibliografía.
En 1871 publica La descendencia del Hombre y la Selección Sexual y en 1872: La expresión de las emociones en los animales y en el hombre (que en principio iba a ser un capítulo del anterior). El 19 de abril de 1882, fallece Charles R. Darwin en su casa de Down de donde apenas salió en 40 años, rodeado por su esposa y sus hijos.
Fue enterrado con honores, no exentos de polémicas, en Westminster, junto a la tumba de sir Isaac Newton.
Darwin nos cambió la imagen del mundo
Charles Robert Darwin tuvo la capacidad de sintetizar un gran número de datos ya publicados observándolos con ojos nuevos y acuñando un nuevo paradigma científico: el del mundo inacabado que se va construyendo de forma natural de acuerdo con las leyes de la Selección Natural.
Para Darwin, en la naturaleza hay sobreabundancia de seres vivos. Pero hay también una gran diversidad dentro de la misma especie. Por ello, no todos los individuos tienen la misma posibilidad para sobrevivir, alimentarse y reproducirse. Los débiles son eliminados con lo que esos caracteres no pasan a las generaciones futuras. Sólo sobreviven los más fuertes y son los que se reproducen y dan lugar a descendientes más resistentes. Si este proceso se repite durante miles y millones de años, aparecerán nuevas formas que ya no son fecundas con las vecinas: han aparecido nuevas especies por el proceso de Selección Natural.
Nuestro mundo sería muy distinto si no hubiera existido Darwin. En el cambio de «imagen» del mundo natural, en el cambio de paradigma, intervienen las experiencias asimiladas por Darwin en su viaje alrededor del mundo. En la elaboración de sus ideas intervienen, sobre todo, los métodos y las teorías de la moderna geología. Darwin los adapta magistralmente a la diversificación y evolución de la vida sobre la Tierra.
Los textos siguientes nos sitúan de forma magistral en este nuevo paradigma:
«Debo advertir que utilizo el término «lucha por la existencia» en el sentido general y metafórico, lo cual implica las relaciones mutuas de dependencia de los seres orgánicos y, lo que es todavía más importante, no sólo la vida del individuo, sino su aptitud y éxito para dejar descendencia.(…). Se llegará a decir que una planta, al borde del desierto, lucha por la existencia contra la sequía, aunque sería más exacto decir que su existencia depende de la humedad. Podrá decirse, con mayor exactitud, que una planta que produce anualmente un millón de semillas, de las cuales una sola, como promedio, llega a desarrollarse y a madurar, lucha con las plantas de su misma especie o de especies diferentes, que cubren ya el suelo.(…) Empleo, pues, para mayor comodidad, el término general de «lucha por la existencia» en estos diferentes sentidos que se confunden entre sí». (Origen de las Especies, p.116).
A lo largo de los millones de años de la historia geológica, la vida se va diversificando por Selección Natural, al igual que las ramas de un gran árbol de la vida:
«Las afinidades de todos los seres de la misma clase se ha representado a menudo mediante la figura de un gran árbol. Creo que esta imagen es muy justa en muchos aspectos. Las ramas verdes y las yemas representan las especies existentes; las ramas producidas en los años precedentes representan la larga sucesión de especies extinguidas. En cada período de crecimiento, todas las ramas intentan extenderse en todas direcciones y superar y matar a las otras ramas y brotes que las rodean, de la misma manera que las especies y los grupos de especies han vencido, en todo tiempo, a otras especies en la gran lucha por la existencia. (El Origen de las Especies por la Selección Natural, 1859)
El programa de “La Clave” del 24 de mayo de 1982
Presentamos algunos rasgos del debate mantenido en el citado programa de “La Clave” de TVE y que desde julio de 2017 es accesible en Internet. El esquema del programa “La Clave” era sencillo. Tras la presentación del tema por el director del programa, José Luis Balbín, se procedía a presentar a los seis expertos (más que tertulianos). A continuación se proyectaba una película y tras ella tenía lugar un debate de hora y media de duración, al final del cual los oyentes participaban con sus preguntas que previamente se habían remitido a un teléfono.
Para mayor facilidad, el programa se ha fragmentado en cuatro cortes que facilitan el seguimiento y control por parte de los que están leyendo estas páginas.
¿Es científica la película “El planeta de los simios”?
Las primeras intervenciones del primer corte del video de La Clave giran en torno a la película proyectada. Tal vez el tema de fondo es si se considera científica la tesis de la película. ¿Estaría Darwin de acuerdo con sus tesis? ¿Proviene el hombre del mono? ¿Podrían derivar del hombre simios más evolucionados?
Unos datos sobre la película: El planeta de los simios (título original en inglés, Planet of the Apes) es una película estadounidense de ciencia ficción de 1968 basada en la novela homónima de Pierre Boulle. Franklin Schaffner dirigió la película protagonizada por Charlton Heston, Roddy McDowall, Kim Hunter, Maurice Evans y James Whitmore. La cinta narra la historia del astronauta Coronel George Taylor, quien junto a su tripulación tiene un aterrizaje forzoso en un planeta habitado por simios inteligentes.
Para iniciar el debate, Balbin pregunta a los expertos sobre el estado actual de los conocimientos científicos sobre la procedencia del hombre. Para Cordón la cuestión del origen del hombre es tardía en el interés de Darwin; lo importante para él es el origen de las especies. Asiente a esta afirmación el profesor Osvaldo Reig. Para Thuillier esta película no siempre gusta a los científicos. Pero a Darwin le interesaba los humanos, y si los hombres desaparecieran de la Tierra quedarían los monos. Y esto lo dice en 1838.
A los expertos les parece que la película está bien elegida. Para Osvaldo Reig, Darwin escribió mucho y pensó mucho. Tardó mucho en poner por escrito sus ideas. Hasta Darwin, la evolución era una conjetura; desde Darwin es una idea científica. Para Cordón, Darwin es el primer científico experimental, que no solo describe lo que ve sino que elabora una teoría (en sentido moderno) sobre cómo se une el ser vivo con su entorno. Desde Darwin es necesario entender los cambios históricos de los seres vivos en contacto con su medio.
Una relectura filosófica de las propuestas de Charles Darwin
El segundo corte del debate sobre Darwin se centra en la reflexión filosófica sobre las propuestas de Darwin. Para Sequeiros, estamos jugando con ventaja ya que todos los presentes somos evolucionistas aunque haya matices diferentes. Valoramos a Darwin y sus ideas de modos diferentes. Darwin ataca el dogma creacionista de Linneo de la fijeza de todos los seres vivos. Para Faustino Cordón, la fijeza de las especies fue una conquista real de la ciencia. Esto nos hace valorar a Linneo, ya que tuvo el valor de organizar la clasificación de los seres vivos.
Balbin pregunta sobre la relación de Darwin con Wallace. Lo de Darwin es original y lo de Wallace es original. Para los expertos, Darwin se abre camino a pesar de las ideas previas con las que embarca en el Beagle. Tuvo que luchas contra sus propias ideas creacionistas y lo que observa hace que salga evolucionista. Tras la lectura de los libros de geología de Charles Lyell hay un cambio conceptual en la mente de Darwin: en la Tierra hay cambios lentos, graduales e irreversibles a lo largo de mucho tiempo.
El bisnieto de Darwin, Barlow, describe cómo cambian las ideas en Darwin, cómo el viaje en el Beagle, sus trabajos en geología y cómo sus observaciones de biología cambian su pensamiento. Todo tiene su confirmación final en las islas Galápagos: allí encuentra las pruebas de lo que estaba pensando. Para Thuillier, Darwin construye también su teoría sobre los fósiles y su comparación con las faunas actuales. En su opinión, desde el comienzo tiene ideas materialistas y desea confirmarlas. Era discreto, pero militante materialista. Desde el comienzo hay una filosofía racionalista heredada de una cultura científica liberal de su época.
Para Osvaldo Reig, Darwin había leído a Lamarck y a Erasmus Darwin, su abuelo. Y vivía en la sociedad victoriana con ideas de progreso social y cambio de sociedad por libre competencia. Sequeiros apoya lo aportado por Thuillier: Darwin es punto de convergencia de una gran empresa intelectual colectiva. Darwin es la punta del iceberg de un proceso científico, filosófico y cultural común.
Para Faustino Cordón, la idea de cambio es un concepto que ya está en Hegel. Para Bermudo Meléndez, se ha hablado de la teoría de Darwin. Pero se ha olvidado el inicio de la cuestión. A mediados del siglo XIX, tras las controversias de Lamarck y Cuvier prevalecían las ideas catastrofistas de Cuvier. Darwin supera el catastrofismo de Georges Cuvier. Por eso, Darwin alude a la paleontología y contradice a Cuvier. La paleontología es el argumento principal para mostrar el hecho de la evolución según Darwin.
Sequeiros precisa que en la obra de Darwin hay cambios de la primera a la sexta edición de 1871, donde ya aparecen ideas sobre la influencia del medio sobre la evolución y añade muchos argumentos paleontológicos. El profesor Bermudo Meléndez confirma esto. Barlow destaca la amplitud de mente de Darwin: acepta nuevos planteamientos. El profesor Reig destaca el papel de los fósiles en el discurso de Darwin y cómo éstos apuntan hacia la aceptación de un mecanismo evolutivo como es la selección natural. Esto implica una teoría de la herencia que no tenía Darwin. Thuillier precisa que Darwin no ha demostrado el hecho y los mecanismos evolutivos: solo propone una gran serie de hechos que explica, pero no demuestra. Solo infiere racionalmente pero no tiene pruebas contundentes. La evolución no se puede reproducir en el laboratorio. Para don Bermudo, Darwin es cauto en sus afirmaciones. Propone que es una mejor explicación para los problemas que se observan. Fueron Huxley y Haeckel quienes fueron más lejos. Faustino Cordón añade que Darwin era un convencido y lo muestra en sus cartas. Darwin tiene fe en la selección natural. Pero no sabe cómo explicar el influjo del medio para la aparición de una especie. Darwin aporta el ejemplo de la plasticidad de los seres vivos con los animales domésticos. Osvaldo Reig confirma la prudencia de Darwin para proponer sus ideas. Darwin usa la metodología científica, “aventura de exploración de la realidad… sabiendo que sus afirmaciones son perfectibles”. Darwin es muy cauto. Para Faustino Cordón, lo más emocionante de Darwin es la lucha contra el propio prejuicio. El fanatismo es enemigo de la ciencia. En el viaje de un naturalista intuye que lo que evoluciona no son los individuos sino las especies. “Tengo una teoría desde la que observar” escribe Darwin.
¿Venimos del mono?
Balbin apunta al aspecto sociocultural de la evolución según Darwin y la problemática de la película a sugerencia de don Bermudo. Este comenta el problema de fondo de la película: que los monos antropomorfos puedan evolucionar y ser inteligentes. Desde el punto de vista paleontológico, los póngidos se apartan de la rama humana., Y es imposible de que puedan llegar a ser inteligentes. La evolución es un proceso irreversible.
Para Cordón, el hombre no es la culminación de un mono sino de toda la evolución por el camino de la cooperación. Se insiste en la irreversibilidad de la evolución. Sequeiros apunta que la película presenta ideas que mucha gente tiene confusamente. La película no es científica porque no se basa en datos objetivos desde los que hacer generalizaciones empíricas. Hay preguntas para los que los científicos no tienen respuesta. Concluyen que estas películas deseducan.
Tuilhier interviene para exponer que Darwin actúa por analogía: así los ganaderos consiguen nuevas razas de perros y pájaros, de este modo funciona la evolución. Pero los ganaderos producen nuevas razas pero nunca nuevas especies. De ahí la limitación de este argumento de Darwin. Para Reig, Darwin no elabora una teoría de la especiación. Ésta muy posterior. Darwin es gradualista y defiende que a lo largo de mucho tiempo aparecerían nuevas especies. Al aludir a la nueva biología, Cordón apoya la idea de cómo la moderna biología ha dado una base científica a la especiación. Pero todavía no tenemos una explicación convincente.
Balbin insiste en el impacto del darwinismo sobre la sociedad, lo que se ha llamado el darwinismo social. Para Tuillier, Darwin escandalizó a los partidarios de una interpretación literal de la biblia: el hombre es animal perfeccionado pero animal. Pero algunos sucesores de Darwin han tergiversado las ideas de Darwin. Determinadas ideas de Darwin han llevado a algunos a justificar la superioridad del hombre sobre la mujer, la superioridad del hombre blanco sobre las otras etnias. Incluso algunos han justificado el racismo y el nazismo con las ideas de Darwin.
Sequeiros introduce la cuestión de Darwin y Marx. Este ¿utiliza a Darwin para apoyar la lucha de clases? Darwin fue banderín de enganche de las ideologías progresistas y antirreligiosas frente a lo conservador. Marx y Engels vieron en Darwin la pieza que les faltaba para una interpretación materialista del mundo. Por otra parte, destaca el impacto del darwinismo en la religión de Inglaterra. Darwin rompía con dogmas como el diluvio, la creación, los días de la creación. Fue pasando de teísta a deísta, y de ahí a agnóstico.
Para Reig, no podemos caer en la falacia reduccionista. Insiste que el hombre es más que biología. Hay algo más que es la cultura. Para Thuillier, se puede conciliar la idea biológica con lo cultural. Pero a veces se ha ido más allá de Darwin. Francis Galton habla de eugenesia para la mejora de la humanidad a favor de las elites. Sequeiros apunta que cuando el darwinismo cae en manos de Herbert Spencer quita fuerza al darwinismo.
Al final de este corte se inician las preguntas de los espectadores. A Barlow le preguntan: ¿por qué se ha difundido la falsa idea darwinista de la supremacía de una raza sobre otra?
Conclusión: volver a los monos, el creacionismo americano y otras cuestiones
Con ocasión de los 150 años del ensayo sobre la domesticación de Charles Darwin revisamos su legado. El programa de “La Clave” (TVE, 1982) da pie a un debate sobre la vigencia de las ideas darwinistas. Tal vez la conclusión de este debate esté en los intereses de los espectadores. En el capítulo de preguntas a los expertos, se proponen diversas cuestiones. Al profesor Cordón le preguntan si es posible la evolución regresiva, tal como propone la película. Si podríamos llegar al planeta de los simios. Este es tajante: No existe vuelta atrás en la evolución. Toda la evolución está bajo el control humano y lo que se destroza no hay vuelta atrás. En cuanto a las razas humanas, se van a diluir en el futuro. Se van a unificar. No hay razas humanas puras. La cultura es lo que nos separa.
A don Bermudo le preguntan cómo explicar que aparezcan zonas del cerebro que no se usan. Bermudo responde que eso no lo explica la selección natural. Hoy lo explica lo que se llama exaptación. Hay una reserva de células que luego se van utilizando. Se puede decir, que Darwin tenía una mente abierta, que perfila sus ideas con el tiempo y que existen muchas interpretaciones de sus palabras.
A la pregunta sobre los creacionistas americanos, Reig da datos sobre las batallas de los creacionistas en EEUU. Hasta el momento, los creacionistas no han ganado ninguna batalla legal.
Respecto al estado de la cuestión sobre las ideas de Monod sobre el azar y la necesidad, Thuillier indica que ha hecho una entrevista a Monod. Éste mantenía una visión dogmática de la evolución, lo que se llama el ultradarwinismo. Hoy hay controversias sobre Darwin. Incluso los filósofos de la biología acuden a que la evolución no tiene que ser gradual.
Pregunta a don Bermudo: ¿la vida procede de las estrellas? Para el profesor Bermudo Meléndez esa no es una pregunta científica. Esa es teoría de ciencia ficción. Respecto a las relaciones entre la ciencia y la guerra, los asistentes coinciden en que no se trata de crear más armas sino de crear una cultura de la paz.
Artículo elaborado por Leandro Sequeiros San Román, Catedrático de Paleontología y colaborador con la Cátedra Francisco J. Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión.
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