Breve invitación al IX Ojo de Polisemo
Hace casi diez años, cuando apenas había dado un par de pasos en el mundo de la traducción editorial y aún no tenía experiencia en la enseñanza universitaria, asistí a un congreso organizado por ACE Traductores y la Universidad de Salamanca en el que se daban cita auténticas “estrellas del rock” de la traducción y la enseñanza universitaria. En todos los Polisemos a los que he asistido, que no son pocos, he conocido a estudiantes, profesores y profesionales cuya experiencia me ha ayudado, y todavía me ayuda, a tratar de ser un trabajador (ya sea de la enseñanza o de la traducción editorial) serio y responsable. Este año será del 23 al 25 de marzo, en la Universidad Pontificia Comillas, y no me lo pienso perder.
Pero, ¿qué es el ojo de Polisemo? Es un encuentro que pretende acercar el mundo universitario de la traducción y el sector profesional de la traducción editorial, dos universos tradicionalmente distantes que, en realidad, tienen mucho que enseñarse entre sí. Y es que este acercamiento es fundamental: a menudo, los investigadores estudian fenómenos translativos ignorando al traductor, lo cual contribuye a la invisibilidad del sector; por su parte, los profesionales desconocen o menosprecian los derroteros por los que avanza la investigación, pues los encuentran ajenos a su actividad habitual. Esa distancia solo puede salvarse con diálogo, comunicación y entendimiento.
Después de leer esto, quizá te preguntes qué pintas en un encuentro como este. La respuesta, como con la traducción, depende. Si eres estudiante, querrás ver y oír a personas que quieren transmitir su conocimiento y saber hacer, tanto en el plano teórico como en el práctico. Si eres un profesor universitario, te conviene escuchar a los profesionales que se ganan la vida ejerciendo el trabajo que enseñas en las aulas. Si eres un traductor, aprenderás mucho de quienes teorizan sobre esta alquimia misteriosa que haces para ganarte el pan, y seguramente tengas mucho más que aportar de lo que te imaginas. En cualquier caso, seas quien seas, participar en un diálogo tan singular solo puede beneficiar colectivamente al sector de la traducción, pues favorece el entendimiento entre distintas facetas de un mismo mundo, humaniza la investigación y desmitifica un gremio formado por gente trabajadora y generosa.