EL SINSENTIDO DE LOS CIE EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Se suceden las presentaciones de Razón jurídica y sinrazón política, el informe sobre Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) relativo a 2020 del Servicio Jesuita a Migrantes, acompañado de un anexo con la explotación de datos estadísticos entregados tarde y de modo incompleto por el Ministerio del Interior a través del Portal de la Transparencia.

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Desastres no tan naturales: incendios forestales y vulnerabilidad social. Por Jaime de Diego.

Año tras año, leemos y vemos numerosas noticias que se centran en los incendios forestales que ocurren en distintas partes del mundo. Los distintos medios utilizan palabras como clima, vegetación, humedad, temperatura, entre otras muchas. Si bien es cierto que estas características son esenciales cuando hablamos de incendios, el origen de la mayor parte de estos eventos es de origen humano; en concreto estamos hablando de una media mundial del 96%. Por lo tanto, tener en cuenta las características de las poblaciones que están involucradas en estos desastres es esencial para mejorar la lucha contra los incendios forestales.

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Niños y niñas extranjeros, derecho y poder: ¿Avanzamos o volvemos a la casilla de salida? Por Isabel Lázaro.

Corría el año 2009. Tras más de diez años de dedicación desde la retaguardia del mundo académico a los problemas que enfrentan los inmigrantes cuando llegan a territorio español, de la mano de Pablo Pérez me adentré en las vidas de los niños extranjeros que llegaban solos en busca de una vida (no voy a decir una vida mejor porque es simplemente “una vida”). Me pidió Pablo que redactara el prólogo a un texto que quería servir de apoyo a muchos profesionales del sector, Aproximación a la Protección Internacional de los Menores no Acompañados en España. Con el respeto que inspira entrar en terreno sagrado, comencé abriendo los ojos a la realidad de la que hablarían técnicamente las páginas siguientes:

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Sobre la Trata de personas inmigrantes en Iberoamérica. Por Joaquín Eguren.

La trata de personas inmigrantes en su doble vertiente, explotación laboral y explotación sexual ha sido estudiada en el libro “La trata de seres humanos en Iberoamérica” publicado por OBIMID (IUEM-Universidad Pontificia Comillas) este año pasado. A continuación se hace un resumen de los aspectos más importantes.

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Migraciones, agricultura y sostenibilidad social. Por Yoan Molinero.

En la anterior entrada que escribí en este mismo blog el 27 de mayo, titulada “Migración temporal y trabajo agrícola en periodo de pandemia” hice hincapié en la necesidad de que la Unión Europea, pero también España, tomara nota de una importante lección que nos dejó la pandemia: nuestra agricultura, un sector esencial, dependía, en gran parte, del empleo de trabajadores migrantes cuyas condiciones de trabajo y residencia eran deplorables.

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“Contar no significa solo llevar la cuenta”. La cultura de datos en la trata de seres humanos. Por María José Castaño.

Conocer el alcance y el impacto de una tragedia es y será un tema recurrente para los seres humanos. “Contar lo innumerable” , como reza el artículo de Irene Valle en El País, vuelve a ser uno de los temas polémicos de nuestra época a la luz de estadísticas y datos publicados sobre las personas fallecidas por Covid 19.

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Acogida y trabajo en red: ¿Cuál es la realidad de la comunidad venezolana en España y el rol de la Iglesia católica en su acogida e integración? Por Alberto Ares.

¿Cuál es la realidad de la comunidad venezolana en España? ¿Cómo le ha afectado la situación de pandemia por la COVID-19? ¿Cuál es el rol que la Iglesia católica y sus instituciones juegan en la acogida e integración de la comunidad venezolana? ¿Qué percepción tienen las propias personas migrantes sobre este papel tanto en sus iglesias locales en Venezuela, como sobre todo a su llegada a España? Estas y otras cuestiones son abordadas en este libro fruto de una investigación realizada en distintos rincones del territorio español.

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Integración social. Por Juan Iglesias

 

La población de origen inmigrante se ha mantenido estable durante la crisis, pasando de los 6,4 millones en el año 2009, el 13,8% de la población española, a los 6,6 millones en 2017, 14,24% del total. Así, a pesar de que se agitó el “fantasma” del retorno al comienzo de la crisis, los inmigrantes han apostado claramente por continuar sus proyectos de arraigo en España, a pesar de las malas condiciones. Un dato representativo de esta situación es el crecimiento en el número de naturalizaciones en España. Así, si en 2008 el porcentaje de inmigrantes nacionalizados en España era del 17%, en el año 2016, ese porcentaje casi se ha doblado, y ya es del 34%. (INE, 2017).

Eso sí, los inmigrantes permanecen pero emergen de la crisis bajo muy diferentes condiciones sociales de integración:

En primer lugar, se ha acelerado el proceso de etno-estratificación social. La población inmigrante sigue estando concentrada en las posiciones más bajas del mercado de trabajo y de la sociedad española. Así, por ejemplo en la encuesta nacional realizada a mujeres inmigrantes por el Instituto de Migraciones (Univ. P. Comillas) y la OIM en el año 2015, un 84% de las mujeres ganaban menos de 999 euros mensuales, y un 54% menos del salario mínimo profesional (650 euros). Un 45% de las mujeres inmigrantes trabajaban en el sector de cuidados domésticos, y entre las que tenían trabajo, solo un 34% trabajaban con contrato indefinido. Parecidas situaciones, se hallaron en una encuesta similar a inmigrantes ecuatorianos del año 2015, realizada por Ikuspegui (UPV) e Instituto de Migraciones (Comillas).

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Narrativas y la comunicación de la inmigración en medios. Por Cecilia Estrada Villaseñor

La historia de la comunicación está ligada a la de la humanidad, justo como la de la inmigración. No estaríamos aquí de no haber logrado entablar determinados entendidos fundamentales para que el entorno que tenía la capacidad nos comprendiera y poder así sobrevivir.

Desde el principio de esta interacción vital hasta nuestros días, ha pasado mucho tiempo y hemos logrado establecer nuevos canales, nuevas formas de interacción, nuevas redes. Pero el mensaje, esa esencia, siempre refleja lo mismo: una necesidad.

Los medios de comunicación nos transmiten información, la venden porque somos una sociedad consumidora de información. La necesitamos para saber qué es lo que está ocurriendo en el mundo, porque también esta información forma parte de nuestro presente.

A menudo, vemos reflejado en los medios y las noticias cómo se presenta al inmigrante ligándolo a conceptos de ilegalidad, irregularidad. Lo unen a la persona que acaba de llegar en una patera lo mismo que la que busca huir de una guerra. Todos son migrantes para algunos medios.

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Rabia, temor y culpa en población refugiada: el perdón como alternativa. Por Ángela Ordóñez

Los contextos de guerra y persecución que llevan a la población refugiada a huir de su tierra conllevan pérdidas de elementos valiosos que configuraban la vida de las personas. Aunque la experiencia de cada refugiado es única en sí misma, podemos afirmar que hay ciertos lugares comunes en lo relativo a su vivencia emocional y en las consecuencias que se derivan a largo plazo. Las agresiones y la soledad a la que tienen que hacer frente durante su huida y en el camino, como toda experiencia de injusticia, suelen despertar dos grandes tendencias de respuesta: la venganza, consecuencia de la necesidad básica de equilibrar la balanza, o la evitación, como respuesta a la necesidad de sentirse seguros y poner todos los medios posibles para que la situación temida no se vuelva a repetir.

Estas tendencias de respuesta, venganza y evitación, son típicas ante cualquier situación que ponga en riesgo la vida de una persona y, por tanto, no podemos juzgarlas como moralmente incorrectas en sí mismas. Sin embargo, sí pueden traer asociadas emociones que, sostenidas en el tiempo, dificultan la puesta en marcha de los mecanismos necesarios para asumir las demandas de ajuste de la nueva vida a la que los refugiados se enfrentan tras su huida. Los sentimientos de venganza por aquello que han sufrido y la evitación de todo aquello que se asocie a la situación temida pueden traer asociados sentimientos de angustia, ira, sufrimiento y sensación de abandono. Con frecuencia también podemos encontrar culpa y vergüenza derivadas de las humillaciones vividas o del sentimiento de impotencia e indefensión. Por último, es habitual también que se despierten sentimientos de odio y rencor hacia la persona o grupo que identifican como culpable de su situación actual.

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