Para mí, la expresión de “el tiempo vuela” no deja de ganar sentido. Estos últimos 8 meses han pasado tan rápido que antes de sentarme a escribir este post no me había dado cuenta de la montaña rusa que han sido.
Los primeros meses de la beca estuvieron marcados por la novedad: Absorber en mi cabeza todo el entramado del SJM, los diferentes tipos de agentes que conforman esta amplia red y empezar a introducirme poco a poco en las dinámicas diarias para ser más autosuficiente (aquí tengo que agradecer al equipo de proyectos por la paciencia con la que respondían a cada una de mis miles de preguntas y pedir perdón por los pequeños fallos que cometí). Tengo que reconocer que, aunque no era mi primera experiencia profesional, darme cuenta de que aún tenía que saber plasmar conocimientos teóricos y ver lo diferente que es al trabajo de campo que yo había estado haciendo me ha obligado a mejorar la gestión de las expectativas (que no es lo mismo que a resignarme) y a dejarme guiar en esta experiencia.