Un año después. Por Cinzia Fenu

Mi beca en Bruselas junto al equipo del Servicio Jesuita a Refugiados Europa terminó este verano y a la vuelta mis sentimientos son múltiples: agradecimiento por la oportunidad que me ha sido ofrecida, alegría al recordar los alcances de los proyectos, cariño hacia todo el equipo, tristeza por despedirme de personas maravillosas y ganas de ponerme otra vez en marcha para buscar una nueva experiencia de vida en Madrid.

Los días fluían y yo seguía en el vórtice de Bruselas, entre las reuniones, la formación, el trabajo en la oficina, un paseo al parque al mediodía o una visita a una exposición. Todo ha sido fantástico y esencial para llenarme y fortalecerme. Parece mentira, pero las experiencias profesionales en el extranjero te marcan, sobre todo a una estudiante como yo, que termina los estudios universitarios y tiene tanta energía para empezar. Empezar a hacer cosas, a experimentar y salir ahí fuera. Por eso es tan importante que las Universidades sigan ofreciendo becas apoyando a sus alumnos, para abrir horizontes. ¡Muchas gracias a Comillas por darme esa oportunidad!

Desde luego tuve la suerte de conocer muchas organizaciones que trabajan en el ámbito de la migración y refugio además de otros lugares en Europa donde no había estado aún. En junio viajé a Bucarest, la capital de Rumanía, para asistir a una conferencia de tres días co-organizada por el socio rumano del SJR Europa, JRS Romania.

El evento tenía como objetivo destacar la importancia que tienen los proyectos de sensibilización para la inclusión de las personas refugiadas en las comunidades de acogida y cómo la participación de los mismos refugiados es tan necesaria para desarrollar iniciativas justas y participativas que promuevan un cambio real y una ayuda efectiva. De hecho, ¿quién conoce mejor las vulnerabilidades, las emociones y las necesidades de las personas refugiadas, si no los mismos refugiados? Por eso, hicimos hincapié en que ellos tengan más oportunidades de participar en todas las iniciativas, locales, nacionales e internacionales sobre migración y refugio.

Por otra parte, la conferencia analizó la actual narrativa sobre los refugiados y la percepción distorsionada de los europeos hacia las personas que migran debido tanto a la desinformación y el miedo, como al aumento de la visibilidad de grupos de extrema derecha abiertamente racistas y xenófobos. La pregunta que surge entre las ONG´s es entonces: ¿en el día a día, cómo contrarrestar las narrativas negativas que se están extendiendo en toda Europa? Estos son algunos puntos de guía que aprendí para una comunicación más eficaz con nuestro público:

  • Usar una narración con mensajes positivos, siempre basados en historias de vida reales y datos fiables tras una investigación.
  • Promover el encuentro entre personas de distinta procedencia, cultura, edad. De hecho, el encuentro permite crear empatía, intercambio de ideas y amistades.
  • Promover el pensamiento crítico de la sociedad civil, sobre todo entre los jóvenes, que son la generación del futuro. Las escuelas por ejemplo son lugares clave para la reflexión, la formulación de las justas preguntas, el autoconocimiento y el saber convivir con los demás.

El SJR Europa intenta seguir estos puntos para desarrollar nuevos mensajes positivos y proyectos europeos, el colaboración con las oficinas nacionales.

Como ya conté en mis publicaciones anteriores, tuve la suerte de formar parte del equipo que realizó la campaña de sensibilización The Power of Vote para las elecciones europeas del pasado mayo. Los resultados de las elecciones muestran que sí hay una esperanza para trabajar hacia una Europa de protección, libertad, dignidad y solidaridad. Por otra parte, la sociedad civil no tiene que detener su labor de incidencia, para asegurarse que las instituciones tomen decisiones que nos representen a todos y que sean inclusivas.

La campaña absorbió la mayoría de mi tiempo durante unos cuatro meses, entre su implementación y parte de la evaluación técnica. Era la primera vez que hacía una campaña y la he disfrutado mucho.

Además he trabajado con el SJR Europa a lo largo de un año sobre CHANGE; un proyecto educativo que busca promover el pensamiento crítico y la acción social hacia el cambio. CHANGE es para profesores, estudiantes y personas migrantes y refugiadas que aspiran a mejorar la sociedad en la que viven mediante el conocimiento, el encuentro y la acción conjunta. Ha sido emocionante asistir desde lejos al lanzamiento de este proyecto en septiembre, habiendo vivido toda la preparación en Bruselas. ¡Enhorabuena a todo el equipo!

Seguiremos el proyecto desde la distancia confiando en toda la gran labor que lleva a cabo el SJR Europa para acompañar, servir y defender los derechos de los refugiados y de los desplazados forzosos. Compartir un año juntos ha sido una de las mejores experiencias de vida.

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