¿Nuevos patrones de emigración en países del norte? Los casos de España e Italia durante la crisis económica. Por Mercedes Fernández.

 

 

El estallido de la crisis financiera en 2008 afectó profundamente al sur de Europa desde los puntos de vista económico, político y social. Las altas cifras de desempleo, la reducción la actividad económica y los crecientes niveles de deuda pública trajeron consigo un aumento de los niveles de inestabilidad política y social en países como España e Italia. Desde el punto de vista político, la crisis contribuyó al surgimiento de partidos populistas (de derechas o de izquierdas) en ambos países. Desde el punto de vista social, entre otros aspectos, resurgieron algunas dinámicas emigratorias que habían quedado olvidadas en estos dos países, atractores de inmigrantes en las últimas décadas.[1]

Durante el período 2008-2015, España e Italia experimentaron cambios significativos en su saldo migratorio anterior a la crisis. Una comparación de los datos de migración anterior y posterior a la recesión muestra un cambio radical en las tasas de migración neta en ambos países, con una disminución de la inmigración y un aumento simultáneo de la emigración. Este cambio de escenario ha potenciado el debate sobre el surgimiento de una era de «nueva emigración».

En el artículo  Back to (a different) emigration? Mobility from Spain and Italy during the economic crisis, hacemos un análisis longitudinal de las estadísticas oficiales de ambos países para los años 2009-2015. Hemos estudiado tanto el stock de individuos que viven en el extranjero como los flujos migratorios. Un primer acercamiento a los datos permitiría suponer que los patrones de emigración de los españoles e italianos han experimentado cambios debido a la recesión económica. De hecho, los medios de comunicación han contribuido a magnificar el fenómeno, causando incluso un cierto alarmismo entre la opinión pública, en lo que se refiere a una nueva fuga de cerebros causada por el «éxodo» de ciudadanos jóvenes y con elevada formación…desde luego muy diferente a aquellas migraciones familiares de integrantes de la clase baja que tuvieron lugar, a principios del siglo XX, fundamentalmente hacia América Latina y en menor medida a Estados Unidos.

Efectivamente, la estrategia emigratoria ha cambiado: mientras que los emigrantes españoles e italianos de principios del siglo XX dejaron sus países con un capital cultural y económico muy pobre, en busca de nuevas formas de proporcionar subsistencia a sus familias, las actuales corrientes emigratorias corresponden fundamentalmente a jóvenes muy cualificados procedentes de las regiones más desarrolladas de sus países. Las motivaciones no son de subsistencia, sino de búsqueda de mejores oportunidades para rentabilizar el capital humano que aportan.

El análisis de los datos estadísticos de ambos países parece confirmar las diferencias entre las antiguas y nuevas emigraciones italianas y españolas. Así, la edad y el país de destino resultan ser las variables más relevantes. En el caso de Italia, la mayor parte de los residentes en el extranjero se concentran en Argentina, Alemania y Suiza. Los españoles se encuentran fundamentalmente en Argentina, Francia y Venezuela. Sin embargo, al desagregar los datos en función de la edad se ve cómo los antiguos se establecen principalmente en Argentina y Venezuela (españoles) o Argentina (Italianos), mientras que los jóvenes migrantes se enfocan hacia Alemania, Suiza y especialmente hacia países de habla inglesa (Reino Unido y Estados Unidos). En el caso de España destaca también la emigración a Ecuador, formada por familias de origen ecuatoriano que han obtenido la nacionalidad española y que retornan temporalmente hasta que la situación mejore.

En conclusión, las cifras pueden ser útiles para mostrar la incipiente presencia de una nueva migración (laboral) compuesta por jóvenes que salen de Italia y España en busca de mejores oportunidades hacia países que difieren de los destinos históricos tradicionales. Esto es, el proyecto migratorio de estas personas se vendría explicando no solo por razones de supervivencia, sino también en términos de autorrealización y logro de objetivos profesionales. No obstante, con los datos y las cifras actuales, no es posible demostrar que Italia y España pueden volver a considerarse de nuevo países emisores emigrantes. Solamente el paso del tiempo permitirá concluir si se trata de una cuestión coyuntural o si nos encontramos hacia un cambio en el paradigma migratorio.

[1]Extraído de Caro, R., Cavasola, S., Fernández, M. (2018). Back to (a different) emigration? Mobility from Spain and Italy during the economic crisis. Iberoamerican Journal of Development Studies, 7(1): 30-55. https://doi.org/10.26754/ojs_ried/ijds.273

 

Mercedes Fernández es Directora del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM), sus principales áreas de investigación son la migraciones y cohesión social, mercado de trabajo inmigrante y migraciones y desarrollo.

Deja un comentario