Estamos viviendo un momento clave de la historia, una gran encrucijada. Una encrucijada en la que los flujos migratorios se han convertido en una gran oportunidad y riqueza para nuestras sociedades y también plantean serios interrogantes en nuestra forma de vida, a las relaciones internacionales, a la gestión de la diversidad dentro de nuestras sociedades y a la manera que tenemos de dar una respuesta clara a las situaciones dramáticas de muchas familias que llaman a nuestras puertas.
En este contexto, La ciudadanía y los líderes mundiales acordaron en una cumbre de la ONU celebrada en septiembre de 2016, desarrollar dos Pactos Globales: un pacto sobre lo refugiados y otro para una migración segura, ordenada, regular y responsable. El primero acaba de ser presentado en el seno de las Naciones Unidas y en los próximos meses los países miembros deberán adoptarlo formalmente. El segundo será suscrito en una conferencia intergubernamental que tendrá lugar los días 10 y 11 de diciembre en Marrakech, Marruecos.
Para la preparación de esta cumbre se ha realizado una serie de sesiones temáticas informales, consultas regionales y con diversos organismos internacionales, gobiernos nacionales, aliados de la sociedad civil, incluyendo a organizaciones de Iglesia y expertos universitarios. Para las negociaciones de estos acuerdos, el Vaticano presentó un documento de 20 puntos que tomaban como marco cuatro claves: acoger, promover, proteger e integrar. Buena parte de las directrices se han recogido en el documento final de los pactos. Estos puntos son claves en el pensamiento del Papa Francisco, que no cesa de repetirlos y animar a propagarlos, especialmente para un cambio de actitud en la ciudadanía global.
Pacto mundial sobre los refugiados
El pacto mundial sobre refugiados apunta a fortalecer la respuesta internacional a los grandes movimientos de refugiados y las situaciones prolongadas de refugiados. Sus cuatro objetivos clave son: (1) aliviar las presiones sobre los países de acogida, (2) mejorar la confianza y suficiencia de los propios refugiados, (3) ampliar el acceso a soluciones de terceros países y (4) apoyar condiciones en los países de origen para el retorno con seguridad y dignidad.
El pacto mundial propuesto para los refugiados consta de cuatro partes:
- Una introducción que establece los antecedentes, principios rectores y objetivos del pacto global.
- El marco integral de respuesta de los refugiados (CRRF), según lo acordado por los Estados miembros en el Anexo I de la Declaración de Nueva York.
- Un Programa de Acción que establece medidas concretas para ayudar a cumplir los objetivos del acuerdo, que incluye: (a) disposiciones para compartir cargas y responsabilidades a través de un Foro Global de Refugiados (cada cuatro años), acuerdos nacionales y regionales para situaciones específicas y herramientas como financiación, partenariados, así como recopilación y distribución de datos, y (b) áreas que necesitan apoyo, desde la recepción y admisión para acoger las necesidades y el apoyo a las comunidades, hasta soluciones más concretas.
- Acuerdos para el seguimiento y la revisión, que se llevarán a cabo principalmente a través del Foro Mundial de Refugiados cada cuatro años, una reunión anual de funcionarios de alto nivel (que se celebra cada dos años entre foros) y el informe anual del Alto Comisionado a la Asamblea General. El seguimiento y la revisión también incluirán el desarrollo de indicadores para medir el grado de éxito de los cuatro objetivos del acuerdo.
Puedes acceder al texto íntegro del documento: Pacto mundial sobre los refugiados
Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular
Constituye el primer acuerdo global de la ONU sobre un enfoque común de la migración internacional en todas sus dimensiones. El pacto global no es legalmente vinculante. Se basa en los valores de la soberanía del estado, la responsabilidad compartida, la no discriminación y los derechos humanos, y reconoce que se necesita un enfoque cooperativo para optimizar los beneficios generales de la migración, al tiempo que se abordan sus riesgos y desafíos para las personas y las comunidades en los países de origen, tránsito y destino. Durante demasiado tiempo se ha trabajado sin coordinación y esta fragilidad organizativa ha tenido serias consecuencias.
El Pacto Global comprende 23 objetivos para gestionar mejor la migración a nivel local, nacional, regional y global. Los objetivos de estos pactos son:
- Mitigar los factores adversos y los factores estructurales que impiden a las personas construir y mantener medios de vida sostenibles en sus países de origen;
- Reducir los riesgos y las vulnerabilidades que enfrentan los migrantes en diferentes etapas de la migración, respetando, protegiendo y cumpliendo sus derechos humanos y brindándoles atención y asistencia;
- Abordar las preocupaciones legítimas de los estados y las comunidades, al tiempo que reconoce que las sociedades están experimentando cambios demográficos, económicos, sociales y ambientales en diferentes escalas que pueden tener implicaciones y resultados de la migración;
- Crear condiciones propicias que permitan a todos los migrantes enriquecer nuestras sociedades a través de sus capacidades humanas, económicas y sociales, y así facilitar sus contribuciones al desarrollo sostenible a nivel local, nacional, regional y global.
Puedes acceder al texto íntegro del documento: Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular (Borrador Final)
En estos momentos el texto que se va a firmar está trabajado y a la espera de su ratificación. En el documento vemos grandes posibilidades, pese a que echamos en falta un compromiso más claro en el compromiso por la no detención de menores pues, aunque se habla de buscar todas las formas posibles para no detenerlos, no se excluye esta posibilidad. Asimismo, nos hubiese gustado ver una declaración que afirme que la persona humana sigue siendo persona, independientemente de su estatus migratorio. Es un documento de respuesta, más que de propuesta, ante una emergencia global. Pero es un documento necesario que sienta las bases para una acción coordinada y global.
Ahora se abre el debate de la ratificación del Pacto Mundial sobre todo cuando algunos países como Estados Unidos, Israel, Hungría, Austria, Bulgaria, Polonia, República Checa y Australia se han desvinculado. A nuestro modo de ver, aunque evidentemente hubiera sido deseable que el 100% de los países firmaran los Pactos, la gran comunidad internacional está de acuerdo en tener un marco común en el campo de las migraciones y el refugio. Creemos que es un momento histórico, una gran encrucijada de la historia en el mundo de las migraciones y el refugio. Ahora se abre un tiempo muy importante en el que después de la ratificación comience la implementación de los acuerdos dentro de las políticas migratorias y los ordenamientos jurídicos de los estados, involucrando a todos los actores sociales en este empeño. Y los actores sociales no son sólo macro entidades. La responsabilidad individual y colectiva se dan la mano.
Alberto Ares SJ es doctor en migraciones internacionales y cooperación al desarrollo. Director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) de la Universidad Pontificia Comillas.
Miriam Diez es doctora en ciencias sociales (comunicación). Directora del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura y profesora de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna de la Universidad Ramon Llull.