Nueva etapa Un año lleno de aprendizajes, experiencias y emociones. Por Adriana Gullón.

Un año inesperado que ha marcado un antes y un después.

Adriana a su vuelta a Madrid después de un año de contrato en prácticas con la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos y el SJM Sevilla.

Estoy muy agradecida, y aunque ahora, debo asimilar todo lo vivido, volvería a repetirlo, sin duda. Digo asimilar porque a pesar de haber estado en contacto anteriormente con duras realidades, esta desde luego ha sido de las más intensas profesionalmente, quizás también de más larga duración. Y el haber tenido más responsabilidades durante un periodo más largo, me ha hecho plantearme muchas cosas, tomar decisiones, preguntar, dejarme aconsejar, compartir mis inquietudes… Y aprender del error, acierto, error, acierto…

Tras la carrera de Trabajo Social y el Máster de Cooperación Internacional al Desarrollo en la Universidad de Comillas, tuve la oportunidad de incorporarme con un contrato de prácticas en la Asociación Claver de Sevilla en septiembre 2018 por un año. En anteriores artículos describo un poco lo que he ido haciendo y conociendo, desde el acompañamiento a un grupo de mujeres de diferentes nacionalidades, también la primera atención de personas migrantes recién llegadas, visita a los CIE semanalmente con sus respectivos seguimientos y la colaboración con un proyecto de participación ciudadana en diferentes barrios de Sevilla. No solo he podido conocer una bellísima ciudad de mi país y sus costumbres (ya por fin sé lo que es la semana santa y la feria de Sevilla…) sino que también he aprendido sobre diferentes culturas latinoamericanas, africanas, también aprendí marroquí…. En definitiva, una inmersión.

Desde luego que ahora no puedo mirar la realidad con la que trabajan los jesuitas y el equipo de Claver como la miraba antes, quizás era sensible pero algo más ajena o ignorante.
Trabajar con ellos me ha dado otros ojos, me han dado la oportunidad de estar en terreno, con personas que no tienen nada más que una fortaleza que Dios sabrá de dónde sacan. En cambio otras las ves tan frágiles que les darías todo por verlas salir adelante.
Y ese gran dilema es un gran aprendizaje, que no estás ahí para salvar la vida de nadie, que haces lo que puedes y sobre todo escuchas a los que llevan años trabajando en esto.

He tenido la oportunidad de trabajar con personas que no sólo acompañan, sino que persiguen la justicia, prestan herramientas de empoderamiento velando siempre por la persona y entorno. Así, hemos visto casos de acompañamiento a familias y menores, entre otros.

Y ejemplo de ello es la información y transmisión pública que ha conseguido mediante diferentes medios como fueron: el informe sobre la mujer “Visibilizar lo invisible”, el informe CIE «Discriminación de origen«, el encuentro del Foro Social Frontera Sur, las reuniones con los diferentes barrios de Sevilla respecto a la participación ciudadana, reuniones nacionales e internacionales con SJM y JRS, el círculo de silencio en diferentes lugares de España…. O la exposición «Convivimos» donde tanto las personas que fueron fotografiadas como las que pudieron visitar la exposición, disfrutaron y agradecieron dicha iniciativa. 

 La asociación refleja sin duda una continuidad de trabajo que, gracias a sus esfuerzos y perseverancia es un gran ejemplo. Y un trabajo que obviamente trabaja en un contexto, en una realidad, donde las políticas influyen de una u otra manera, por lo tanto un aspecto del día a día que hay que tener en cuenta.  Recuerdo que antes de incorporarme a la Asociación Claver, me detuve a leer el documento por los 15 años de la Asociación, y me llamaba la atención la “espiritualidad política” que mencionaba José Mª Margenat Peralta, Co-fundador de la misma Asociación Claver. Y es que el trabajo realizado día a día es, como mencionaba anteriormente, pensado e integral.

Animo a visitar la página web de Claver y del Servicio Jesuita a Migrantes para mantenerse informado de los que están trabajando con la realidad misma.

Ya no estaré frente al ordenador con el resto del equipo cada día, ni me preguntarán si bajo a tomar café, o atenderé a una pareja que venga sin previa cita, tampoco correré para llegar a abrir el taller y ver si todo está limpio o pensar cómo saldrá dinámica preparada… Pero la oficina seguirá con su entretenimiento diario, quizás el café se tome más en serio y las propuestas y mejoras que se propusieron en la reunión de evaluación antes del verano se habrán puesto en marcha; así poco a poco Claver seguirá caminando en este contexto de acompañamiento y servicio a las personas que llegan a nosotros. Expectante por ver cómo se van realizando esos nuevos proyectos con las mujeres, alegre de saber que incluso en el tiempo de vacaciones mujeres aprovecharon y fueron becadas para algún curso. Y consciente de que cerrar esta etapa no es más que un nuevo comienzo.

Adriana y sus compañeros de trabajo en SJM Claver en Sevilla

Muchas gracias a todas las personas que colaboran y tratan de cambiar un poquito este mundo, mucho ánimo y mucha fuerza, especialmente en esta vuelta de vacaciones donde pueden ser muchos los retos. Gracias a la Universidad de Comillas por haberme dado esta gran oportunidad profesional.

Deja un comentario