Análisis de la valoración a los inmigrantes por parte de la población española siguiendo datos del informe elaborado por el IUEM, por Mercedes Fernández

Este documento es un pequeño resumen del informe sobre la Evolución del Racismo, la Xenofobia y otras formas de Intolerancia en España, elaborado por el IUEM para el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Este informe se ha redactado a partir del análisis de la encuesta Actitudes ante la Inmigración, elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) desde 2007.

En los últimos 30 años España ha pasado de ser un país homogéneo a uno multicultural y diverso: un 10% de la población residente es de nacionalidad extranjera y un 4% de la población residente de nacionalidad española ha nacido en el extranjero. Un 1% de la población de origen extranjero ha nacido en España.

 

La crisis económica (2007-2014) ha ocasionado una fuerte reestructuración en el mercado laboral tanto para los ciudadanos nacionales como para los extranjeros. Dos conclusiones pueden extraerse de estos años: (1) la mayor parte de las personas inmigrantes han venido a quedarse en España, y (2) no se han producido especiales problemas de convivencia.

De hecho, en 2015 se alcanzaron los mejores resultados desde 2007 en relación al reconocimiento de derechos básicos a los inmigrantes en igualdad con los españoles. El 82,7% de los encuestados consideraba que los inmigrantes que están de manera estable en España deberían obtener la nacionalidad; más del 86,1% opinaba que deberían poder traer a su familia y más del 92,7% estaba de acuerdo con que cobren el paro. También se muestran los mejores valores de la serie respecto a la opinión acerca de si se debe expulsar del país a inmigrantes en paro de larga duración (39,2%); la percepción de que los inmigrantes enriquecen la escuela (71,6%); o la percepción de que su presencia empeora la calidad de la educación (43,5%).

La variable “confianza en la gente” es la más explicativa y reveladora de la cohesión social, lo que sugiere que promocionar la cohesión social alrededor del mantenimiento de normas y valores plurales y compartidos, que generen confianza mutua entre las personas, puede ser más fructífero que hacerlo basándose en la tradición o historia comunes.

Se han reconocido cinco dimensiones que modulan las actitudes más o menos tolerantes, que son: (1) La competencia por los recursos escasos (2) Las relaciones personales con inmigrantes y con población gitana (3) La empatía con grupos desfavorecidos (4) Las posturas de los españoles ante la integración y (5) La exteriorización pública de las actitudes racistas o xenófobas ante la inmigración. Se han identificado tres perfiles que permiten segmentar la población en tres grupos según sus características sociodemográficas y sus actitudes hacia los inmigrantes. Los grupos se han denominado “recelosos”, “distantes” y “multiculturales”. Como era de esperar, los tres grupos presentan elementos tanto de tolerancia como de intolerancia. Es más son grupos permeables y entre ellos a veces son difíciles de precisar los contornos.

Según sus características socio-demográficas, las personas que componen el perfil “receloso” son en su mayor parte personas de más de 65 años, jubilados o dedicados a labores domésticas no remuneradas, tienen un nivel de estudios bajo, una situación económica estable y, en general viven en comunidades autónomas con baja presencia de inmigrantes. El grupo que se ha denominado “distante”, está compuesto en su mayor parte por personas en un tramo de edad intermedio, la mayoría de las cuales trabajan, viven en lugares económicamente desarrollados y presentan una situación económica desahogada. El grupo cuyo perfil se ha llamado “multicultural” está compuesto, en su mayor parte, por personas más jóvenes, que ya han crecido en un mundo multicultural. En general, tienen estudios medios y una situación económica regular, o se encuentran estudiando o incluso están en paro.

Dos de los tres perfiles, el “distante” y el “multicultural”, presentan de manera expresa alguna de las dimensiones de cohesión social que contribuyen a la mayor tolerancia. En el caso del perfil “distante” se trata de la no competición por el mercado laboral y en el caso del grupo “multicultural” sería la interacción positiva con la diversidad.

La identificación de las variables que influyen en las actitudes más o menos tolerantes, la inflexión negativa en alguna tendencia, el perfil mixto inherente a las personas (tolerante/intolerante), o el desafío a la aceptación de la diversidad presente en el ámbito internacional, indican la necesidad de continuar con estrategias y políticas de prevención, sensibilización y regulatorias para educar en el respeto hacia el otro, para no ser permisivo con las acciones que afecten a la dignidad de las personas y, en definitiva, para disminuir el prejuicio y favorecer la convivencia. Esas estrategias deben estar dirigidas a toda la población, teniendo en cuenta sus peculiaridades y contemplando medidas específicas en distintos ámbitos.

 

Mercedes Fernández es Directora del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM), sus principales áreas de investigación son la migraciones y cohesión social, mercado de trabajo inmigrante y migraciones y desarrollo.

Deja un comentario