FRENTE A LA INCERTIDUMBRE, PROYECTOS Y DEMOCRACIA

Quim Brugué, Gemma Ubasart y Ricard Gomà

Informe España 2022 Consideraciones Generales

La pandemia por COVID-19 ha impregnado nuestras vidas durante dos años, convirtiéndose en una variable imprescindible para entender la realidad socioeconómica de nuestro mundo global. A diferencia de algunas lecturas iniciales, la pandemia no ha representado un punto de inflexión. Más bien una intensificación de tendencias ya existentes. No ha significado un cambio de dirección sino una aceleración de la velocidad con la que nos dirigimos a un horizonte que, marcado por la complejidad y la incertidumbre, aparece cubierto de una espesa niebla. En este sentido, interpretamos la pandemia sobre todo como una advertencia; mientras que todavía no estamos seguros de si habrá comportado algún aprendizaje.

En estas páginas iniciales usaremos la pandemia como el escenario donde se han expresado con especial claridad algunas de las características y de los retos de nuestro tiempo. Una introducción que nos inserta en el centro de las preocupaciones del periodo 2020-2021 y que nos permitirá presentar tanto una aproximación analítica a las principales claves para entender las transformaciones de nuestro presente (económicas, tecnológicas, sociales, culturales, ecológicas, territoriales, políticas e ideológicas) como una propuesta para construir nuestros proyectos de futuro (forjar la igualdad, reconocer las diferencias, generar autonomía y articular los vínculos). Finalmente, reservaremos el último apartado para reflexionar sobre cómo gobernar (más o menos) democráticamente esta transición en momentos de tanta complejidad e incertidumbre.

En definitiva, la pandemia nos ha situado frente al espejo y hemos visto los pliegues y las arrugas de nuestra vieja Modernidad. Frente a la simplicidad, complejidad. Frente la seguridad, incertidumbre. Frente al orden, caos. Frente al control, desconcierto. Y lo peor de todo: no se trata ya de cómo recuperamos la simplicidad, la seguridad, el orden y el control sino de cómo aprendemos a vivir en un contexto de complejidad, incertidumbre, caos y desconcierto. La pandemia no es un estado excepcional sino una metáfora de la nueva realidad que hemos de gestionar y gobernar. Nos toca, por lo tanto, intentar entenderla e intentar conducirla. Estos son los dos retos a los que intentaremos acercarnos en este capítulo.

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