LAS PERSONAS SIN HOGAR EN ESPAÑA: EL ALOJAMIENTO Y LA VIVIENDA COMO DERECHO SOCIAL

Pedro José Cabrera

Informe España 2023 Parte tercera, Capítulo 4

La exclusión residencial tiene su expresión más radical en el hecho de vivir a la intemperie. El ser humano necesita de un cobijo para sobrevivir; desde las cuevas de Altamira para acá, la búsqueda de un lugar en el que refugiarse de las inclemencias temporales y de las amenazas del entorno ha constituido una parte sustancial de la conducta humana. Quienes han conseguido un techo sólido, protector, adaptado al medio, en condiciones de ocupación estable, fácilmente defendible y sobre el que proyectar simbólicamente sus miedos y fantasías han logrado subsistir y prolongar su biografía; quienes no lo consiguieron o lo perdieron bruscamente han visto reducirse drásticamente los años de su existencia en tanto que “huéspedes del aire”. Algunas estimaciones generadas a partir de las noticias publicadas en medios de comunicación en las que se refleja la edad de las personas sin techo muertas en España calculan que mueren entre 30 y 40 años antes que la población general de su misma generación.

Lo que se ha dado en llamar sinhogarismo es un asunto complejo, que en el marco de sociedades desarrolladas no se reduce exclusivamente a un problema de vivienda. Pero qué duda cabe de que, aun cuando deban contemplarse otros componentes, factores y causas que inciden en su origen y evolución posterior, el hecho de no disponer de un techo (en alguna de sus múltiples variedades) sobre la cabeza, representa la condición más característica y necesaria del problema, así como la vía privilegiada para conseguir
erradicarlo. No es sólo un problema de vivienda o alojamiento, pero sin duda es un problema que desaparece con provisión adecuada y adaptada de vivienda y alojamiento.

Tomando como punto de partida la última edición de la Encuesta a Personas sin Hogar realizada por el INE en 2022, el capítulo lleva a cabo un amplio acercamiento estadístico a la situación de las personas sin hogar en España: su número, sus principales características socioeconómicas (sexo, edad, nacionalidad, nivel de estudios, situación económica y laboral, situación de alojamiento, relaciones familiares y sociales…), las razones que los abocaron al sinhogarismo, estado de salud, oferta de servicios sociales.

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