LA EDUCACIÓN SEXUAL EN ESPAÑA: DE LAS LEYES A LAS AULAS

María Lameiras, Yolanda Rodríguez y Rosana Martínez

Informe España 2023 Parte tercera, Capítulo 2

Los datos y el análisis de las prácticas heterosexuales de los jóvenes españoles, el uso de métodos anticonceptivos/preventivos, la prevalencia de los embarazos no deseados y de las infecciones de transmisión sexual, persistencia de la violencia sexual contra mujeres y niñas tanto en el mundo online como en el offline y el incremento del consumo de pornografía entre los jóvenes y a edades cada vez más tempranas son fenómenos sociales que ponen de manifiesto la necesidad y la urgencia de desarrollar e implementar una educación sexual integral.

Diversos estudios ponen de manifiesto la relevancia que los jóvenes atribuyen a la educación sexual en el contexto escolar como un recurso fundamental para tener la información y los conocimientos necesarios para tomar decisiones sobre su propia sexualidad. Los jóvenes no están satisfechos con la educación sexual formal que han recibido -que identifican mayoritariamente con charlas moralistas centradas en los riesgos de las relaciones sexuales heterosexuales, especialmente en la necesidad de usar
condones para la prevención del embarazo- en correspondencia con los modelos tradicional/moral y preventivo que han sido los predominantes en el sistema educativo español.

Frente a estos modelos surge una alternativa que impone un nuevo tiempo para la forma de entender y desarrollar la educación sexual, denominado Modelo de Educación Sexual Integral. El término de Educación Sexual Integral representa un proceso de enseñanza y aprendizaje que incluye los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad que implica una visión más holística de la sexualidad en la que esta se conceptualiza desde el marco de los derechos humanos (diversidad, respeto, consensualidad, etc.), la comunicación (p. ej., relaciones interpersonales, experiencias sexuales seguras) y los aspectos emocionales (p. ej., placer). Su objetivo es, por tanto, equipar a los niñas, niños y jóvenes con conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les permitan promover su salud y bienestar, desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas, considerar cómo sus elecciones afectan a su propio bienestar y al de los demás y, finalmente, comprender y garantizar la protección de sus derechos a lo largo de su vida.

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