Con el auge de las nuevas tecnologías, los tratantes han adaptado su modus operandi al ciberespacio. Para ello, han aprovechado las plataformas digitales y la tecnología para anunciar, reclutar y explotar a posibles víctimas.
Hoy en día, la captación por internet es cada vez más variada; abarca desde simples montajes de publicidad online, hasta el uso por parte de los tratantes de plataformas de comunicación para difundir la explotación fuera de las fronteras del propio país, pasando por la interacción con posibles víctimas o la transferencia de dinero entre los miembros del grupo de tratantes.