La trata de personas en el contexto de la guerra de Ucrania: ¿Por qué las personas migrantes son más vulnerables a la trata de personas?

La guerra en Ucrania ha dejado una crisis migratoria en Europa nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial. El número de refugiados ha crecido exponencialmente cada día. Según las estimaciones de ACNUR, la cantidad de ucranianos que han huido a países vecinos supera los cinco millones de personas. Además, más de 7,5 millones se han desplazado dentro del país.

En este contexto de crisis migratoria, los varones han sido llamados a quedarse para luchar. Por tanto, las mujeres, menores y grupos más vulnerables son los que están cruzando las fronteras hacia diferentes países de la Unión Europea. Es precisamente esta vulnerabilidad basada en el género, edad y otras cuestiones lo que hace que estas personas sean mucho más vulnerables a ser captadas por colectivos criminales para su explotación.

La trata de seres humanos ha sido definida en numerosos tratados internacionales. La definición que, hoy en día, cuenta con el consenso de la comunidad internacional fue introducida por primera vez mediante el artículo 3 del Protocolo de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas -especialmente mujeres y niños- y que es conocido como «Protocolo de Palermo». El presente Protocolo complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional del año 2000.

La «trata de personas» se define como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos (artículo 3 del Protocolo de Palermo).

Factores que pueden facilitar la explotación de personas víctimas de trata:

Hay una serie de factores sociales y económicos que influyen en las acciones tanto de las víctimas de la trata de seres humanos como de los tratantes, y que facilitan la aparición de la trata.

Estos pueden clasificarse como una interacción entre factores de empuje (lo que hace que las personas sean vulnerables a la trata) y factores de atracción (lo que hace que un país resulte atractivo como destino para los tratantes).

En inglés son conocidos como “push and pull factors” y pueden consistir en:

*FUENTE: https://vawnet.org/sc/human-trafficking

 

Ucrania antes de la guerra:

A todos estos factores, que pueden facilitar que las personas sean captadas por redes de trata, debemos añadir que Ucrania ya se encontraba en una situación sensible en materia de trata de personas antes de que diera comienzo la guerra.

Según la Comisión Europea, este país ya formaba parte de los cinco primeros países del mundo de origen en víctimas de trata. De la misma forma, en el año 2011 había cerca de 50.000 mujeres prostituidas y una de cada seis era menor de edad.

Asimismo, de las víctimas de trata, el 80% estaban desempleadas antes de salir de Ucrania. Esta situación de vulnerabilidad económica es aprovechada por los tratantes  para reclutar a mujeres ucranianas y captarlas para explotarlas en la prostitución.

La situación respecto a la trata de menores en Ucrania no es mucho mejor, durante el año 2018 la OIM ucraniana (Organización Internacional para las Migraciones) identificó y asistió a 86 niños que habían sido víctimas de trabajos forzosos y explotación sexual.

¿Qué pasa ahora?

Los conflictos armados aumentan el delito de la trata porque aumentan los factores de empuje de las poblaciones afectadas. Esta situación se ve acentuada en el caso de las mujeres y menores debido a que las mujeres y jóvenes refugiadas que se han visto desplazadas dentro de un país y se encuentran en zonas controladas por grupos armados o terroristas, son particularmente vulnerables a la violencia sexual, incluida la explotación  sexual.

En su último informe, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), ha anunciado que los riesgos de explotación se extienden al espacio virtual. Según este informe, las personas que buscan en internet “acompañantes ucranianas” ha aumentado hasta un 200%. “Estos datos confirman una demanda creciente que servirá de incentivo para que los tratantes recluten a las mujeres ucranianas a gran escala”, subraya la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

Todos estos datos ponen de manifiesto que los flujos migratorios pueden ser un caldo de cultivo para que las redes de trata y proxenetas aprovechen la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las personas que están huyendo de las zonas de conflicto.

De esta forma, la prevención en los entornos afectados por conflictos que se refleja en la Agenda 2030, también pasa por adoptar medidas que reduzcan la vulnerabilidad de los colectivos más afectados por el conflicto con acceso a medios de vida y oportunidades y adoptando medidas para combatir la violencia sexual, por razón de género y otras formas de discriminación.

Un ejemplo de ello es desplazar a equipos expertos en trata de personas que determinen cuáles son los riesgos que existen para las personas que se ven obligadas a huir de un conflicto o quienes están atrapados en sus países a causa de ellos.

Para que la prevención sea eficaz, es preciso que se lleven a cabo medidas contra la trata mucho antes del comienzo de un conflicto. Aun cuando no se hayan confirmado casos de trata, es preciso determinar los riesgos reales y probables y hacerles frente.

Otros documentos de interés:

 

Natalia Colmenar Calvo: Técnica de Lucha contra la trata en Diaconía España

Esther Gómez-Portillo Pérez: Técnica de contenido en el área de lucha contra la trata en Diaconía España

 

 

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