Ayuno…

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Ayuno
Mamen Valor, profesora

Ayuno de carne, ayuno de coche y de emisiones que calientan y destruyen mi casa, nuestra casa.
Ayuno de plásticos que ahogan la vida.
Ayuno de compras que son espejismo de felicidad.
Ayuno de buscar mi interés inmediato sacrificando el interés de todos.
Ayuno de creer que ya he hecho bastante y que lo hagan otros.
Ayuno de miradas de desdén y de rencor.
Ayuno de quítate tú para ponerme yo.
Ayuno de pensar que hay otros que no valen toda la sangre de Cristo.
No ayuno de mirar los árboles o los pájaros cuando camino, porque sé que esos árboles y esos pájaros son un reflejo de Ti.
No ayuno de buscar en lo creado Tus palabras de amor.
No ayuno de actuar cada día cuidando a todas tus criaturas.
No ayuno de dar gracias porque tengo tanto que me sobra.

La Ignatian Solidarity Network nos propone ayunar de desperdicios. Si quieres unirte a este reto durante la Cuaresma, date de alta en https://ignatiansolidarity.net/ignatian-carbon-challenge/lenten-food-waste-fast/ para recibir consejos sobre cómo vivir generando menos basuras y cómo rezar y defender este reto.

El ritmo adecuado

Leeds Libraries www.leodis.net

El ritmo adecuado
José Luis Becerra, profesor

Sing, sir? Do I sing? Oh, I’m indifferent enough, sir, for that; but the reason why the grave-digger made music must have been because there was none in his spade, sir. But the caulking mallet is full of it.

El carpintero del Pequod a Ahab, Moby Dick

Los calafates se encargaban de sellar las juntas de las tablas que formaban el casco de los barcos, cuando eran de madera.

Ayudados de un mazo y un hierro, introducían cáñamo en las junturas, con un golpeteo monótono. Para hacer el trabajo más soportable, al mazo, que se construía de la madera más dura de la que se disponía, se le abrían unas ranuras, que lo hacían más elástico, y lo dotaban de un sonido característico y más agradable.

Hasta el punto de que se decía que por el sonido del martilleo se podía reconocer al calafate en su tarea, que trataba de mejorarlo experimentando con distintos diseños de estriado. En la genial Moby Dick, el carpintero de ribera a bordo se jacta de que para su trabajo no necesita cantar, ya que su propia herramienta produce la música. Era un tiempo en el que los trabajos repetitivos se acompañaban de canciones para marcar el compás…

Hace unos años, poseído por el ímpetu del ecologismo entonces recién abrazado, decidí dejar de utilizar mi coche, y se lo regalé a un amigo. No fue fácil, porque me acababa de mudar a una casa bastante aislada, y la bicicleta se convirtió en mi mejor compañera. Alguna vez desde entonces me he planteado si debería reconsiderar mi opción, si realmente merecía la pena, si otras inversiones vitales no tendrían más impacto…

Posiblemente os haya llegado, como a mí, ese mensaje en el que se analizan las emisiones del viaje en velero de Greta desde América a Lisboa, comparadas con las que le hubieran correspondido si hubiera volado en avión comercial.

Tratando de armar una defensa para su elección (parecida a la mía), llegué a la conclusión de que lo importante no era tanto la reducción de emisiones, como la restricción al desplazamiento que suponía, por el tiempo invertido. En los 20 días que duró su travesía, podría haber asistido a muchos foros para defender sus ideas, en esos eficientes aviones, pero la suma de sus emisiones habría sido mayor… ¡Ni la Thunberg escapa de la paradoja de Jevons!

Así que de nuevo vuelvo a disipar mis dudas, al menos por un tiempo, seguro de que la bici me ayuda a encontrar el ritmo adecuado.