Un aspecto discutido de la reforma inducida por el proceso de Bolonia en las universidades españolas es el que se refiere a la necesidad de adecuar los medios materiales y humanos a la nueva oferta de enseñanzas y a las nuevas metodologías implicadas. Desde el punto de vista de los medios humanos, una forma de estimar las repercusiones de la reforma de las titulaciones es calcular la diferencia de lo que se suele llamar obligación o carga docente generada por la oferta de enseñanzas de cada universidad. Esta carga docente depende de dos factores. Uno es el que fija la carga mínima, que viene dada por el número total de créditos que un alumno debe cursar para obtener un título universitario. El otro factor depende del número total de alumnos que puede atender cada profesor en cada materia que imparte. Suponiendo que a efectos de la estimación de la carga docente no haya diferencias significativas entre créditos tradicionales o europeos, se pueden utilizar los datos de obligación o carga mínima docente para comparar las repercusiones de la reforma de las titulaciones universitarias en la capacidad docente que necesitan tener las universidades después de la reforma.
Con el sistema antiguo, las universidades tenían que cubrir cada año un mínimo de 860.610 créditos. Si se calculan los créditos ofertados con el nuevo sistema, estimando que el número de créditos por máster es el máximo posible (120), se obtiene una cantidad sensiblemente idéntica (861.960). En cierto modo, este resultado es esperable. El número de créditos que pueden ofrecer las universidades está necesariamente limitado por la capacidad docente, expresada en términos de número de horas o créditos que los profesores pueden ofrecer. Puesto que la reforma se ha hecho sin que varíe significativamente la capacidad existente y sin que varíe tampoco la productividad por profesor, es lógico esperar que la suma de créditos que se pueden ofrecer sea sensiblemente la misma.
En realidad, el promedio de créditos por máster debe ser mucho menor de 120, puesto que hay un elevado número de másteres que no tienen más de 60 créditos. Lamentablemente, no hay información fiable sobre este punto. Pero si esto es así, entonces la reforma de la oferta de enseñanzas universitarias ha generado un superávit relativo de capacidad docente en relación con la carga mínima docente (aquella que cada universidad debe cubrir cuando oferta una titulación en la que se matricula el primer estudiante). En la práctica, este superávit relativo a la carga mínima será absorbido por el aumento de la carga efectiva, debido a que el número de estudiantes por profesor habrá disminuido en los estudios de postgrado. Bajo esta hipótesis, el balance final de la reforma de la oferta de títulos de grado y postgrado tendrá a medio plazo un efecto saludable: sin necesidad de aumentar la capacidad docente, el efecto de reducir la carga mínima será una mayor dedicación de capacidad docente por alumno en los estudios de postgrado.
La tabla adjunta confirma este razonamiento con datos provisionales del curso 2010/11. El promedio de alumnos matriculados en carreras con planes de estudio antiguos es de 208, mientras en los grados aumenta hasta 249. Teniendo en cuenta que los grados sólo llevan entre uno y tres años de implantación en ese curso, y que los alumnos matriculados en planes de estudio antiguos pertenecen a los últimos cursos, se puede concluir que globalmente no habrá diferencias significativas en el total de alumnos matriculados por cada titulación, que seguramente se situará en torno a los 300-400 alumnos por título cuando la reforma esté concluida, si no hay variaciones en las tasas de nuevo ingreso a los estudios universitarios. Sin embargo, el promedio de alumnos matriculados en estudios de postgrado no diferirá mucho de las cifras del curso 2010/11 (36 alumnos por titulación).
Número medio de alumnos matriculados por título. Curso 2010/11
Número de títulos
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Alumnos
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Alumnos por título
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Primer y Segundo ciclo |
4.322
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897.595
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208
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Grados |
2.199
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547.797
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249
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Másteres |
2.785
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100.963
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36
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Nota: Los datos de alumnado son un avance.
Fuente: Elaboración Fundación Encuentro a partir de datos del Ministerio de Educación.
Aunque es pronto para analizar las consecuencias de todo esto, cabe ya adelantar que las características esencialmente igualitarias y de servicio público que tiene el sistema universitario español podrán verse afectadas en el futuro si no se establecen medidas eficaces para garantizar la financiación adecuada de los estudios a nivel de máster.