¿Niños difíciles o adultos estresados?

¿Qué sucedió el resto de la semana? Sobrevivimos a la rutina, con el piloto automático puesto, fuimos parcheando los imprevistos, las peleas entre hermanos, los llantos por no querer ir al colegio, la desobediencia o la rebeldía de nuestros hijos. Cansados de enfrentarnos al “no me da la vida” , instalados en la queja y en la insuficiencia, cada día más conectados al teléfono es momento de parar y reflexionar…
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[fa type=»file-text»]  Fuente: El País

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