Tres meses con una víctima de violencia de género protegida por la Guardia Civil

Teresa se mira en el espejo del pasillo y se ajusta la bufanda. Son las ocho de la mañana y ahí fuera hace mucho frío pero ella no va a salir con guantes. Necesita los dedos desnudos, los dedos sin intermediarios, los dedos libres. Porque en una mano va a llevar un móvil que tiene un botón del pánico y en la otra un spray de defensa personal. Y, a veces, una llave en punta entre los dedos por si él…-Sé cuántas farolas hay en mi calle: 12. Y cuántos pasos separan cada una: 28.
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