TRATA DE MUJERES Y NIÑAS

Carmen Meneses

En los últimos años no han dejado de aparecer noticias en los medios de comunicación sobre mujeres jóvenes y niñas de otros países que están siendo obligadas a ejercer la prostitución contra su voluntad en España y en otros países europeos. Como expondremos más adelante, se trata de jóvenes procedentes de diferentes países de América Latina, África subsahariana, del continente asiático o de Europa del Este. Todas ellas tienen un sueño, una inquietud, quieren una oportunidad para mejorar sus vidas, la de sus hijos o sus familias. Para cumplir su sueño están dispuestas a cambiar de país, dejarlo todo y marchar a Europa, Estados Unidos u otros países en donde las condiciones de vida sean mejores que en su propia tierra. El empleo, los recursos básicos, la seguridad o los derechos humanos no están garantizados en sus zonas de origen. Todas estas mujeres emprenden un proyecto migratorio con la visión de que, en ese sueño que quieren cumplir, tienen mucho que ganar y poco que perder. ¿Qué puede ser peor que no disponer de trabajo, de alimentos para su familia y sus hijos, o poder morir por una simple gripe porque no hay un médico que las atienda? Son mujeres luchadoras, emprendedoras y atrevidas. Dejan a sus seres queridos para volver ofreciéndoles algo mejor. Eso las impulsa a salir. Buscarán quien pueda ayudarlas a cumplir sus sueños. Muchas de ellas saben que tienen que arriesgarse, que deben recorrer muchos kilómetros hasta llegar a Europa, pero son jóvenes y podrán soportarlo. Lo que no esperarán es que ese sueño que les han prometido, en ocasiones paisanos suyos de su propia comunidad vecinal, no será real. Romperán sus sueños en unas ocasiones tras salir de su país, en el tránsito migratorio hasta Europa. En otras ocasiones, será a su llegada a Europa, a España, cuando el sueño se convertirá en una pesadilla.

La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es una de las más terribles formas de violencia contra las mujeres, que atenta contra su dignidad, que trunca su desarrollo como mujeres y que traumatizará sus vidas. Para acabar con esta execrable violación de los derechos humanos debemos recorrer todavía un largo camino.

PDF: 02 – Parte Segunda

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