Aumentan las actividades que realizamos en la Red

Todos los grupos de edad se conectan más tiempo a Internet, porque no deja de ampliarse el número de actividades distintas que se hacen en la Red. Un primer indicador claro a este respecto se aprecia en el hecho de que, tanto en la encuesta de la AIMC como en la del INE, el listado de las actividades en Internet sobre las que se pregunta a los entrevistados no deja de crecer. En la AIMC, en 2001 se preguntaba por 9 actividades, por 21 en 2008 y por 30 en 2011. La menor dispersión de la del INE permite valorar no tanto las posibilidades crecientes que ofrece la Red cuanto el uso cada vez mayor de casi todas ellas, por un porcentaje cada vez más alto de los internautas. A este respecto, resultan muy ilustrativos los datos de la tabla 6.

En el breve lapso de cuatro años –que coinciden con la crisis económica iniciada en 2008–, el porcentaje de internautas que utilizan los diversos servicios de Internet por los que se les pregunta aumenta en prácticamente todos los casos, y con incrementos muy significativos en algunos ítems. Así ocurre con “Leer o descargar noticias, periódicos o revistas de actualidad online”, que pasa de un 47,5% en 2008 a un 75,8% en 2012. El boom de las redes sociales en los últimos años queda reflejado en el hecho de que en 2008 ni siquiera se pregunta por este servicio de Internet y en 2012 casi dos de cada tres usuarios de Internet lo señalan como una de sus actividades habituales en la Red. Sigue aumentando significativamente el porcentaje de los que utilizan la banca electrónica y se instalan con fuerza “Escuchar la radio o ver la televisión emitidas por Internet” (50,6%) y “Telefonear a través de Internet o videollamadas (vía webcam) a través de Internet” (31%).

La participación en las redes sociales es el ítem que genera mayores diferencias al desagregar el indicador que estamos comentando por grupos de edad. Mientras que nueve de cada diez internautas de 16 a 24 años utilizan este servicio, el porcentaje se reduce a un 28,7% entre los de 65 a 74 años (tabla 7). En este indicador, los 45 años parecen marcar un punto de inflexión, ya que es a partir de esa edad cuando menos de la mitad de los internautas declaran participar en las redes sociales (38,4%). Sin embargo, se produce un avance importante y rápido en estos grupos de mayor edad, ya que en todos ellos se incrementan los porcentajes en más de diez puntos respecto a los resultados de la encuesta de 2011.

Este indicador de la participación en las redes sociales es el que, con diferencia, registra una mayor brecha por grupos de edad. Evidentemente, que sea un fenómeno relativamente reciente y que, a medida que aumenta de edad, se adopten más lentamente las innovaciones explica en parte esta diversidad. Pero, probablemente, no estemos ante una simple cuestión de retraso en el ritmo de adopción o de entrada a un servicio novedoso que acabará universalizándose –como, por ejemplo, ocurrió con el correo electrónico–. La participación en las redes sociales y la utilización de un número creciente de servicios a través de ellas parece convertirse cada vez más en el punto de diferenciación de los “nativos digitales” respecto a los “inmigrantes digitales”. Para los primeros, las redes sociales son un “espacio” en el que se desarrolla una parte importante de su vida y en el que se construye su identidad; para los segundos, constituyen un “instrumento”, siempre sometido al escrutinio y a la valoración de sus pros y sus contras.

El INE preguntó en 2011 por primera vez por el servicio “Telefonear a través de Internet o videollamadas (vía webcam) a través de Internet”, que utilizaban un 21,8% de los usuarios de la Red, porcentaje que se incrementó en casi diez puntos en 2012. Los datos de la encuesta de la AIMC vienen a coincidir con los del INE, ya que dicho porcentaje se sitúa en un 22,6% en 2011 (tabla 8). Esta encuesta permite además comprobar que es uno de los servicios con un mayor crecimiento relativo, ya que se ha multiplicado por más de tres desde 2001 (desde el 6,9%). Estos datos indican el desplazamiento de la tradicional telefonía de voz al espacio de Internet, donde lo puramente oral deja paso a lo audiovisual (videollamadas) y a lo textual (desde los SMS a los whatsapp).

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