Las infraestructuras de transporte constituyen un elemento necesario para la movilidad de los pasajeros y las mercancías, pues determinan la accesibilidad territorial, que a su vez influye en el coste del desplazamiento y, finalmente, condiciona el reparto modal. Alcanzar una adecuada dotación de infraestructuras de transporte es condición esencial para la competitividad económica y la integración social. Pero, así como los bajos niveles de dotación de infraestructuras limitan la actividad económica –condición necesaria, aunque no suficiente–, una dotación excesiva supone unos elevados costes económicos y ambientales.
España, con una población de 47,2 millones de habitantes a 1 de enero de 2011 y una extensión de 505.963 km2, tiene una baja densidad demográfica (93,27 habitantes por km2), que obliga a tener una dotación elevada por habitante para que el territorio tenga un sistema de transportes adecuadamente estructurado. Esta circunstancia, unida a su situación periférica en Europa y a una orografía montañosa, hace que la buena dotación de infraestructuras de transportes de alta calidad sea clave para su adecuada integración y competitividad. En otras palabras, se necesita una mayor dotación territorial de infraestructuras para asegurar un adecuado nivel de accesibilidad territorial, que posibilite el desarrollo económico y limite la exclusión social.
Gráfico 5 – Dotación de autopistas en los países de la UE-15. Tasa por millón de habitantes y por 1.000 kilómetros cuadrados de superficie. 2010
(1) Datos de 2004. (2) Datos de 2008. (3) Datos de 2009.
Fuente: Elaboración Fundación Encuentro a partir de datos de UNECE y de Eurostat.
A la vista de los datos del gráfico 5 puede afirmarse que España tiene una excelente dotación de carreteras de alta capacidad por habitante, situándose a la cabeza de Europa, aunque disminuye significativamente cuando se calcula la dotación por superficie. Por el contrario, la red española de vías férreas es pobre si se compara con los países de la UE-15 (gráfico 6). Estas características estructurales explican en parte los repartos modales señalados anteriormente, si bien hay países con menor dotación de infraestructuras ferroviarias que tienen una mayor cuota modal y tráficos muy superiores. Por ejemplo, la participación del ferrocarril en el transporte de mercancías en Italia o Reino Unido es dos o tres veces superior a la de España, a pesar de tener una red ferroviaria por habitante menor. Hay que considerar la densidad de concentración de habitantes y actividades, sin olvidar unas políticas adecuadas.
Gráfico 6 – Dotación de vías férreas en los países de la UE-15. Tasa por millón de habitantes y por 1.000 kilómetros cuadrados de superficie. 2010
(1) Datos de 2004. (2) Datos de 2008. (3) Datos de 2009.
Fuente: Elaboración Fundación Encuentro a partir de datos de UNECE y de Eurostat.