En primer lugar, quiero felicitar y dar las gracias a la Fundación Encuentro por esta iniciativa, que puede hacer extensivo el clima de diálogo, respeto y reflexión que siempre he encontrado en ella.
La lectura de las aportaciones que se han realizado en el blog trae a mi cabeza nuevas cuestiones que surgen de forma espontánea y desordenada. Si tenemos un problema de escasez de demanda de trabajo (no de exceso de oferta) habría que buscar las causas en nuestro tejido productivo, resultado de un modelo económico apoyado en exceso en la construcción, con una escasez notable de empresas de gran tamaño (y no tanto un exceso de PYME) y con niveles de internacionalización y de innovación relativamente bajos. A estas características del tejido productivo podríamos añadir otras limitaciones relacionadas con el modelo empresarial español, en el que un porcentaje notable de iniciativas surgen por necesidad y el crecimiento no está entre sus objetivos estratégicos. Sí, todo ello es cierto, pero a medida que avanzo en la lectura de las aportaciones del blog, encuentro una resistencia cada vez mayor a seguir enumerando debilidades…¡también tenemos muchas fortalezas que no teníamos en crisis pasadas!.
Ahora contamos con los trabajadores mejor cualificados de nuestra historia. En las últimas décadas la ganancia de cualificación del empleo ha sido importantísima. Qué decir del aumento de la tasa de actividad femenina, del importante número de mujeres con una cualificación notable dispuestas a aportar la misma al tejido productivo, a desarrollar sus carreras profesionales; de las empresas que son referentes mundiales por sus sólidos modelos de crecimiento; de ciertos sectores muy competitivos (algunos de ellos industriales, como los vinculados a la economía verde). Ha habido también una mejora muy sustancial en las últimas décadas de las infraestructuras físicas. Tenemos factores productivos de una calidad muy superior a la que tenían en crisis anteriores. Entonces… ¿cómo es posible que ésta esté siendo tan devastadora, con una intensidad tan superior a la del período 1991-1993 que aglutinaba todos los récords negativos en lo que a la destrucción de empleo se refiere?
Debemos ser capaces de movilizar los recursos diferenciales que ahora tenemos y aprovechar la crisis para identificar las oportunidades que conllevan los cambios; de modificar todo aquello que ya no tiene correspondencia con nuestra realidad de hoy y que nos frena. Necesitamos reformas (no siempre sinónimo de recortes), algunas de calado, y quizás la principal demanda de los ciudadanos a los políticos es que discutan el contenido que han de tener y que las consensúen.