Por: Leiza Brumat, becaria de Doctorado de la Universidad Argentina de la Empresa – Consejo Nacional de la Investigaciones Científicas y Técnicas
De los más de cuatro millones de refugiados sirios, sólo unos pocos miles se encuentran en Sudamérica. Sin embargo, en comparación con países mucho más cercanos geográficamente al conflicto, los dos países sudamericanos están recibiendo aún más refugiados.
Argentina es uno de los tres países que cuenta con el mayor “coeficiente de elegibilidad” (junto con Suecia y Canadá), por su alta tasa de aceptación de solicitudes. Desde 2010, ha recibido alrededor de 230 refugiados sirios. En Brasil hay 2097 (otorgó más de 8000 visados, pero muchas personas aún no se trasladaron al país), lo que lo convierte en el principal receptor de estos refugiados en América Latina.
Dicha receptividad es resultado de los programas especiales de visado implementados por estos países ante la crisis humanitaria en Siria, y son producto del desarrollo de políticas de inmigración y asilo en las últimas décadas.
Las migraciones tienen una gran importancia para la identidad e historia de Argentina y Brasil. Sus Constituciones Nacionales consagran la igualdad entre nacionales y extranjeros (con excepción de los derechos políticos). Los dos han ratificado y dado rango constitucional a casi todos los tratados de DDHH de Naciones Unidas.
La crisis de los refugiados sigue ocupando buena parte de la agenda pública, también en la universidad. En esta ocasión y coincidiendo con la presentación del libro, publicado por el Servicio de Publicaciones de Comillas, Migrantes forzosos de Alfredo dos Santos Soares, recientemente doctorado por la universidad, varios especialistas reflexionaron sobre la emergencia migratoria. Entre ellos, Francesca Friz-Prguda, representante de ACNUR en España; Fernando Mariño Menéndez, Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Carlos III; Cristina Gortázar Rotaeche, Directora de la Cátedra Jean Monnet de la universidad, y el propio autor.
La representante de ACNUR en España recordó que la que ahora vivimos en Europa es una situación permanente en muchas regiones del mundo: «El 86% de todos los refugiados están en países cercanos al conflicto o en vías de desarrollo», concretó. Pese a lo anterior, también señaló «que estamos sumidos en una gran crisis con un número récord de refugiados. Nunca antes había habido un número tan alto. Cada día, se desplazan 42.500 personas».
Francesca Friz-Prguda señaló que los recortes en la ayuda humanitaria de los últimos años han sido el principal detonante de esta crisis. «Hay otros agravantes, tanto en los conflictos como en sus propias soluciones, entre ellos, la superpoblación o los efectos del cambio climático», apuntó. La representante de ACNUR concluyó su intervención apelando a un esfuerzo común para que «los refugiados no se conviertan, otra vez, en víctimas. En este caso, del estigma del terrorismo».
El catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, Fernando Mariño, insistió en que el sistema jurídico internacional tiene grandes lagunas, «también en lo que a las migraciones forzosas se refiere. La referencia siempre tienen que ser los Derechos Fundamentales». Mariño trató de aportar una perspectiva optimista hablando de los avances en la materia que están teniendo lugar en América Latina. Migrantes forzosos
La profesora Cristina Gortázar, directora de la investigación que condujo al libro, defendió la noción de refugiado propuesta por el autor e insistió en la necesidad de cambiar la definición que el Derecho Europeo hace de los mismos. «La academia tiene que ir muy por delante del mundo prosaico. Si el Estado te persigue, eres un refugiado. Pero si no te persigue pero no puede protegerte, también eres un refugiado», adujo. Concluyó su intervención incitando a «priorizar la reubicación de los refugiados más vulnerables».
Alfredo dos Santos Soares, autor de Migrantes forzosos, insistió en que los refugiados son la cara menos amable de la globalización. «En las historias de los migrantes y los refugiados no cabe el orgullo, sino la ignominia de nuestras sociedades»
Blog de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE sobre acogida, asilo y refugio