Carta de Alberto Ares, SJ. Delegado del Sector Social de la Compañía de Jesús en España y profesor de Comillas.
Madrid, 4 de septiembre del 2015
Queridos compañeros jesuitas,
queridos amigos y amigas de la Familia Ignaciana:
Como todos sabéis, el Mediterráneo está viviendo la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial. Esta tragedia necesita de una respuesta humanitaria que ponga la vida y la dignidad de las personas en el centro y bajo una mirada integral que no nos bloquee en el inmediatismo, sino que vaya a las causas profundas desde el corto, medio y largo plazo.
Es de agradecer la corriente de solidaridad que se está generando con la acogida a refugiados. Mucha gente de nuestro entorno está muy preocupada, esperando más información y acciones concretas a las que sumarse. Esta carta intenta dar cuenta de los pasos que hemos ido dando y de las respuestas que estamos realizando y planeando, a las que pronto nos podremos sumar tanto individualmente, como desde el trabajo en red.
La Familia Ignaciana lleva años de compromiso y colaboración con la realidad de los refugiados a través de nuestras obras de Cooperación Internacional. Hemos podido hacer proyectos y acompañamientos con el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) en el norte de África y Oriente Próximo. Igualmente, a través del Servicio Jesuita a Migrantes, son muchos los espacios de atención y acompañamiento, y las campañas de análisis y denuncia que hemos desplegado en los últimos años en España y en Europa, en estrecha colaboración con el SJR Europa. Además, todo nuestro entorno tiene tradición de acogida y hospitalidad a través de centros de acogida para menores en riesgo y de comunidades de hospitalidad. Nuestra respuesta, aunque humilde, no es nueva, ni improvisada. Nuestra red de instituciones y personas lleva tiempo atenta y comprometida con esta realidad que hoy nos sobrepasa.
Ha sido desde mayo y junio cuando hemos anticipado que la acogida de refugiados iba a ser un tema candente, vista la situación que se estaba generando. Por esa razón, nos embarcamos junto a otras entidades sociales en la elaboración de programas piloto de acogida de refugiados con menores no acompañados y con víctimas de trata. Esta gestión sigue su curso y esperamos que dé fruto próximamente.
En estos últimos meses, pero especialmente en esta última semana, hemos tenido diferentes contactos con partidos políticos, eurodiputados y autoridades públicas, con la intención de acercar propuestas y trabajar coordinadamente. Asimismo, estamos colaborando con otras instituciones de Iglesia, con el propósito de formular propuestas a las que poder sumarnos y que den cuenta de nuestra misión compartida en acciones locales, de acogida a refugiados, y acciones simbólicas conjuntas, como en marcos de colaboración.
Para que nuestras propuestas y acciones sean más encarnadas y realistas, nos gustaría pediros vuestra colaboración a través de una doble vía, contestando personal o comunitariamente a estas cuestiones: ¿existe interés y capacidad real en tu familia, comunidad u obra para acoger a refugiados?, ¿tenéis deseo de apoyar iniciativas locales y trabajar coordinadamente a través de vuestra PAL/PAT en acciones de acogida, de sensibilización, de vigilias o jornadas de oración?
Si alguna de las respuestas a estas cuestiones es afirmativa y tenéis inquietud en el tema, os animamos a que lo compartáis en vuestra comunidad de referencia y con el delegado de vuestra
PAL/PAT. Podéis también aproximaros a alguna entidad del sector social a nivel local para canalizar más coordinadamente las disponibilidades y acciones.
Nos comprometemos a seguir informando de los próximos pasos. Agradecemos de antemano vuestra colaboración y oración.
En este tiempo de cambio, de prueba, de sinsentido, el Señor nos llama a escuchar su palabra: “No tengáis miedo”, “yo estoy con vosotros”, “tened confianza en mí”…, y a recibir su invitación para ser cauce de misericordia como el samaritano: “Ve y haz tú lo mismo”.
Un fuerte abrazo,
Alberto Ares, sj
Delegado del Sector Social