Escuchando Colombia. Por Carolina Gumiel

¡Hola a todos/as de nuevo!

Han pasado unos meses desde la primera vez que os compartí parte de mis primeras semanas en Bogotá. Mi experiencia, mis sentimientos y mis pensamientos en el momento. Viendo con perspectiva este tiempo solo puedo confirmar mi afirmación acerca de la gratitud por la oportunidad que se me ha brindado, así como de la gran decisión que fue venir. Muchos de los compañeros de los que os hablaba durante mi primer mes aquí, ahora son amigos. Y los lugares tan nuevos para mí en aquel momento, ahora son parte de mi día a día, y de mi nueva casa.

Durante este tiempo, han existido dudas y momentos de agobio, así como mucho aprendizaje, y personas y momentos especiales. Todo ello forma parte del camino de crecimiento que estoy viviendo. Solo puedo remarcar el increíble país que es Colombia, y las maravillosas personas de las que tengo el gusto de rodearme aquí.

Como os contaba, Colombia enfrenta un contexto complejo que en momentos me ha dificultado poder entender los procesos y las metodologías de trabajo. Sin embargo, es por ello que me siento tan agradecida de tener la oportunidad de escuchar de primera mano el cómo y el porqué de los procedimientos dentro de los proyectos y de los territorios. Y poder ratificar en lo esencial que es el compromiso y el respeto al territorio y su contexto. Al poder pasar tanto tiempo con personas que han crecido en Colombia, y que trabajan dentro de la estructura humanitaria del país, entiendo lo esencial que es un cumplir un rol de escucha dentro de las fases del ciclo de proyectos. Así mismo, el estar preparado para los cambios y los imprevistos, asegurando herramientas de respuesta eficaces, asumiendo que una buena planeación debe estar preparada para la variabilidad de los contextos. Soy más consciente de la estructuralidad que traigo de España, y la necesidad de adaptabilidad que ha experimentado y experimenta Colombia y su población constantemente, y todo lo que puedo aprender de ello. Un gran ejemplo de ello radica en la actual situación que vive Venezuela, y los flujos migratorios de personas venezolanas que se prevé que incrementarán cada vez más hacia Colombia, muchas de ellas familias con vocación de permanencia. Así como la afectación de estos flujos dentro de la población colombiana receptora.

Por otro lado, para entender Colombia es imprescindible entender la disparidad de territorios, poblaciones y necesidades. El JRS/COL cuenta con 9 oficinas territoriales además de la Oficina Nacional con sede en Bogotá, donde yo estoy. Dentro de estas oficinas territoriales, desde donde se ejecutan los proyectos, se encuentran territorios como Soacha, zona urbana cerca de la capital; Arauca, territorio fronterizo con Venezuela; Nariño, donde la violencia relacionada con grupos armados ilegales sigue siendo un factor clave que afecta a las comunidades; o Buenaventura, donde prevalece la población afrodescendiente. Algunos de los ejemplos de la necesidad de adaptación a los distintos entornos y comunidades.

Para ello, desde el equipo de proyectos de Oficina Nacional, se trabaja en las distintas fases del ciclo de vida de un proyecto; en coordinación y comunicación constante con las áreas programática, administrativo y financiero, y el área MEAL (monitoreo, evaluación, rendición de cuentas y aprendizaje). Desde aquí se mantiene un seguimiento estructurado de los proyectos, en base a las normativas de los donantes y a los lineamientos de la organización. Se trata de un trabajo muy técnico, pero que no pierde la visión misional de la organización, a través de la visión que centra a las personas como el núcleo de todo el trabajo que se desarrolla. Esto implica que las metodologías y las líneas de trabajo siempre priorizan el bienestar de las comunidades, y de los/las trabajadores/as en territorio. Aportándome una perspectiva de trabajo muy aterrizada y horizontal de la cooperación y la acción humanitaria, imprescindible a tener en cuenta también desde el trabajo en sede, que estoy segura de que me acompañará el resto de mi carrera profesional.

Seguir escuchando, aprendiendo, viendo, acompañando y entendiendo, son mis objetivos para el resto de los meses que me quedan. El tiempo está pasando muy rápido y solo pienso en poder continuar mi experiencia tal y como hasta ahora. Me siento muy plena y cómoda. La cultura de la acogida en Colombia es muy intrínseca a su gente, y es algo que puedo percibir desde el primer día. Y que puedo confirmar a través de mi experiencia en el país, tanto personalmente como profesionalmente.

Feliz de seguir disfrutando de la cultura, las tradiciones, los paisajes y las personas que me está regalando Colombia. Y por supuesto, invitando a todos y todas a que conozcáis este maravilloso país. Apostando por una cooperación que ponga el foco en lo realmente importante; el acompañamiento de las comunidades, sus creencias, tradiciones y territorios, así como para las personas que se ven obligadas a dejar su país y su vida atrás.

Nos vemos pronto,

Carolina.

Carolina Gumiel es parte del programa de Contrato en Prácticas 24-25 de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos

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