No es fácil transitar el posparto. Por un lado están las expectativas, siempre tan altas que es imposible alcanzarlas. Por otro, el agotamiento físico y la montaña rusa emocional, dos factores que deben lidiar con las circunstancias de cada mujer: su experiencia de embarazo y parto, su soporte familiar, sus condiciones materiales y económicas, su entorno, sus propios recursos emocionales, sus mochilas. Y todo en una sociedad que invisibiliza una etapa que pese a ser delicada, y requerir de atención y sosiego, parece estar obligada a transcurrir rápido.
Fuente: El País