Cuando vino al mundo sana como un roble hace 21 años, los otros siete ya vivían en casa. Podría ser la historia de una de esas familias numerosas en las que todos posan en fila desde el más grande al más pequeño. Pero es muchísimo más. Y eso es gracias a los siete. Ese equipo más o menos exclusivo de personas con discapacidad entre las que se crio aquel bebé.
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[fa type=“file-text”] Fuente: El Mundo