“Con los signos, se pueden descubrir las necesidades del bebé sin que tenga que recurrir al llanto”

¿Qué padre o madre no habrá deseado un millón de veces que su bebé pudiera hablar? ¿Cuánto tiempo, esfuerzo y frustración ahorraría el ser capaz de comprender lo que necesita en cada momento, o el motivo de ese llanto tan desconsolado? Desarrollar las habilidades verbales puede llevar entre uno y dos años, y durante ese tiempo la comunicación con el bebé suele basarse en la intuición de los padres, que intentan averiguar cada día si su pequeño tiene sueño, hambre, calor o frío; si el pañal está húmedo o si le duelen los dientes o los oídos… Sin embargo, mucho antes de comenzar a hablar, los niños aprenden a controlar sus manos, y son capaces de utilizarlas para comunicarse gracias al Baby Signing, o lengua de signos para bebés; una tendencia aún novedosa en España pero que se viene estudiando en los Estados Unidos desde los años 80 y 90.
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[fa type=»file-text»]  Fuente: El País

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