Los niños buenos no existen, y los malos tampoco, dice usted. Sí. Lo que consideramos en la calle como niños buenos y malos en el fondo no es otra cosa que niños que pueden tener un temperamento más o menos fácil de manejar. Decir que existen niños buenos sería decir que existen niños malos, y estadísticamente eso es una anomalía. Los niños que se podrían considerar verdaderamente malos (delincuentes, criminales, que pueden tener alguna patología) son una cantidad irrelevante.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia