Paula, Lucía y Piluca entran en una de las aulas del colegio María Corredentora con una sonrisa pícara. «Ya están entrando en el pavo», dice cómplice Reyes, una de la profesoras de este centro privado de Educación Especial. Tanto ella como el resto de docentes están preocupados por las iniciativas políticas que amenazan la continuidad de los colegios dedicados, en exclusiva, a los niños con discapacidad física o intelectual. Ellos encuentran en estos centros «una educación específica que les permite avanzar y evolucionar intelectual y socialmente», insisten desde la Plataforma Educación Inclusiva Sí, Especial También, impulsada por padres y docentes que no quieren que se elimine este tipo de educaciónLeer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: La Razón