Retrasar tan solo 50 minutos la hora de entrada al instituto aumenta la cantidad de sueño diario de los adolescentes y mejora su rendimiento académico. Además, en centros con alumnos de clases sociales desfavorecidas, se incrementa la puntualidad y la asistencia de los chavales, lo que podría contribuir a achicar la brecha entre los resultados escolares de los distintos grupos sociales.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia