Durante los recreos y en los cambios de clase. En esos lugares es en los que más ha aumentado el bullying, en ambos tipos de violencia. Para las familias, lo que se piensa en ocasiones que es la solución más correcta termina por convertirse en un problema mayor. Es lo que ocurre cuando los padres, conocedores de que su hijo sufre acoso escolar, cambian de colegio al menor. «No es una buena vía», afirma Benjamín Ballesteros, director de Programas de la Fundación ANAR.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC