A lo largo de cuatro noches, Keylin fue golpeada por agentes de la Patrulla Fronteriza de EE UU para impedirle dormir. Esta joven de 16 años, cuyo apellido se omite en los documentos judiciales, explica a un abogado que se mantuvo tumbada en el suelo de cemento en uno de los centros de la Patrulla Fronteriza en Texas, aterrorizada y rodeada por una valla metálica. Al cruzar la frontera con Estados Unidos la separaron de su madre, que venía de aguantar en Honduras que la amenazaran con una pistola hasta en tres ocasiones.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Huffington Post