La soledad, un gran hallazgo de la madurez

No sé si conocen esta historia. Es sencilla y explica cuestiones importantes. Contaba el alemán Arthur Schopenhauer que en una mañana muy fría varios erizos necesitaban calor para evitar congelarse. Para ello se apretujaron cada vez más unos a otros. Y cuanto más lo hacían más sentían el pinchazo mutuo de sus púas. Así que fueron alejándose y acercándose. Hasta encontrar la distancia exacta más soportable entre todos ellos. El comportamiento humano es muy similar. Nos pasamos la vida tratando de hallar esa distancia entre la necesidad de otros y la necesidad de nosotros mismos. No hay que olvidar que uno de cada cuatro hogares de nuestro país está ya formado por una única persona. Porcentaje que probablemente sería mucho mayor sin una recesión económica de por medio.

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[fa type=»file-text»]  Fuente: El País
[fa type=»camera”]  Autor de la imagen: Dylan McLeod | Unsplash

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