Leo en el estupendo Madres,un ensayo sobre la crueldad y el amor (Siruela), de la crítica literaria y feminista inglesa Jacqueline Rose, que el mundo necesita madres, el mundo depende de que las mujeres tengan hijos, por eso cada vez que hay un descenso en el índice de natalidad estalla el pánico y damos un pasito más hacia El Cuento de la Criada. (Y en algunos países como el mío, todavía seguimos dando pasitos menos hacia el aborto legal). Sin embargo, al mismo tiempo, todo en el sistema social y económico está construido para expulsar a esas mismas madres, para no cuidarlas, para castigar sus cuerpos menstruantes, embarazados, puerpéricos y menopáusicos, para culparlas por los males que nos rodean, quizá porque, como dice la autora, “las madres son vistas como nuestra vía de entrada al mundo”, por lo tanto, son quienes nos corrompen desde la casilla de inicio.
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