Imponer el primer apellido del padre es machismo, no tradición

Es triste minoría. Hay que asumirlo. Mi hijo es parte de ese discretísimo 0,5% que lleva el apellido materno utilizando la nueva la ley de libre elección que cumple ahora su primer aniversario. En nuestro caso, de mi pareja y yo, no se impuso nada, excepto la igualdad. Y posteriormente el azar.

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