Sí, hay un antes y un después. Es la unánime respuesta que da comienzo a esta conversación con varios padres y madres sobre la vida sexual después de los hijos. Todas sus historias atraviesan la “revolución” que sucede al parto. Con más o menos complicaciones, en todas ellas las heridas van curando y las hormonas se estabilizan. Lo que, según cuentan, tarda más en desaparecer es el cansancio. Y juega un papel protagonista en sus relatos.
Jesús tiene un hijo de 2 años y medio y otro en camino. Para él, el cambio tiene que ver con la aparición de “un nuevo foco de atención muy intenso”
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Wyatt Fisher | Flickr