Crítica de ‘A silent voice’: la animación más delicada aborda el acoso escolar

Este tercer film de la joven directora Naoko Yamada recorre con fidelidad la historia recogida en el manga de Yoshitoki Ōima, publicado en España por Milky Way Ediciones. El protagonista es Shoya Ishida, un niño tan lleno de vida como la canción que nos lo presenta, My Generation de The Who. Es un brillante arranque, un canto a la despreocupación de una infancia libre, que se interrumpe con la llegada a clase de una nueva alumna, Shoko Nishimiya, que es sorda y solo puede comunicarse mediante lengua de signos y escribiendo.

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[fa type=»file-text»]  Fuente: 20 minutos

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