Hoy ser viejo es como pertenecer a otra especie.
Absolutamente. Se discrimina a los viejos, es decir, a lo que seremos nosotros en el futuro. Es un locura.
Nos aterroriza envejecer.
Quizá por eso en los discursos de políticas públicas se recalca tanto que el bienestar de la gente mayor depende de que puedan ser independientes y activos, es decir: jóvenes.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia