Lo que podría ser una agradable estancia en un campamento de verano puede terminar en tragedia en cuestión de minutos, debido a las alergias alimentarias y el riesgo de shock anafiláctico. En 2014, un niño de seis años -alérgico a la proteína de la leche- falleció a causa de un yogur en una granja escuela de Villanueva de Perales (Madrid). Los monitores llamaron a los padres para advertirles de lo que pasaba cuando el niño dejó de respirar y recibieron por teléfono las indicaciones para administrarle la medicación que necesitaba. ¿Qué salió mal para que el menor no sobreviviera?
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Daiga Ellaby | Unsplash