Informe España 2021 Capítulo 4
José A. López-Ruiz y Pedro Cabrera Cabrera
En toda la OCDE, ya antes de la pandemia existía una situación en la que, bajo la apariencia de unas sociedades estables, estábamos asistiendo a la erosión de los cimientos de la integración social, laboriosamente construida a partir de la Segunda Guerra Mundial y la expansión del Welfare State, debido al aumento del desempleo, la consolidación de la precariedad, el crecimiento del número de hogares con rentas bajas o muy bajas y el incremento de la desigualdad, la pobreza y la exclusión social en el seno de sociedades ricas y desarrolladas. Todas estas tendencias a incrementar la precariedad y la polarización social, existentes antes de la crisis sanitaria, se han visto intensificadas y desveladas aún más con la llegada de la pandemia.
En este capítulo, además de hacer una presentación de la evolución que han seguido desde marzo de 2020 los indicadores socioeconómicos y demoscópicos más reconocidos, nos asomamos también, desde una perspectiva menos empirista y más fenomenológica, a la experiencia vivida de la COVID-19 en su impacto sobre la desigualdad, de manera que emerjan el cúmulo de emociones, actitudes y prejuicios ligados a la pobreza y la exclusión que se dan cita en esta coyuntura histórica. Por tanto, el análisis desarrollado en este capítulo se dirige principalmente a alimentar el conocimiento empíricamente fundamentado desde la visión de expertos o técnicos en el campo de las ciencias sociales. Para ello, hemos ordenado y analizado los datos disponibles, ya sea que provengan de fuentes oficiales de la Administración (Eurostat, INE, CIS), de instituciones públicas (PNUD, Banco Mundial, Eurofound) o de los llamados “empresarios morales”: entidades sociales y ONG que luchan contra la pobreza y la exclusión social (EAPN, Cruz Roja, Cáritas). Al mismo tiempo, hemos tratado de incluir la dimensión emocional, vivencial y subjetiva que existe tras las experiencias vividas de pobreza y exclusión.