El desarrollo y evolución del proceso de descentralización autonómica en España ha sido una cuestión de interés presente en los informes de la Fundación Encuentro desde sus inicios. En particular, desde el primer informe, en 1994, se vienen analizando las oportunidades y consecuencias del proceso de descentralización territorial en al menos tres aspectos claves: profundización de la democracia, mejora de la integración nacional e incremento de la legitimidad de la forma territorial del Estado en virtud de la aceptación ciudadana del modelo. A lo largo de estos más de treinta años se ha constatado el extraordinario éxito del proceso de descentralización política territorial en España, al tiempo que se advertían ciertas fallas o déficits en la configuración y funcionamiento del sistema autonómico que han conducido inevitablemente a la crisis actual del modelo. Sin duda, la confluencia a partir de 2008 de la crisis económica y de una crisis institucional del régimen político sin precedentes en nuestra corta historia democrática ha contribuido a intensificar las tensiones, como muestra el secesionismo encabezado por la propia Generalitat de Cataluña, y a extender la demanda de una revisión constitucional del sistema democrático y en particular del modelo territorial de Estado.
El momento actual de agotamiento y crisis del modelo de descentralización política en España responde a diferentes factores, entre los que destacan los políticos e institucionales. Son varios los retos que afronta el actual modelo autonómico y no son escasas las propuestas de actuación y reforma que se proponen desde los más diversos ámbitos. En general, se pueden agrupar en los cuatro puntos siguientes:
a) Estado plurinacional y asimétrico,
b) financiación autonómica y política regional,
c) relaciones intergubernamentales cooperativas y
d) el Senado como cámara de representación territorial.