Quizá haya sido ésta la demostración más elocuente del fracaso económico y social provocado por la “burbuja”, del que ha salido afectado y, lo que es peor, profundamente cuestionado todo el sistema financiero, independientemente de los diferentes niveles de responsabilidad que hayan tenido las entidades concretas. De ello hay amplia referencia en la literatura especializada, pero ha sido el eco mediático de los desahucios resultantes de la morosidad hipotecaria la dimensión de la quiebra del modelo que con más intensidad ha llegado a la opinión pública, máxime cuando se han aportado unos datos numéricos que invitan a la sorpresa primero y posteriormente a la indignación.
En efecto, según quien aluda al tema en cuestión en los periódicos y las tertulias de los medios de comunicación, arriesga cifras de desahucios que, de ser ciertas, habrían dejado en la calle a 500.000 hogares compuestos por alrededor de millón y medio de personas. Sin ánimo de entrar en polémica y ateniéndonos exclusivamente a la información estadística sobre la materia, procede en este documento aportar una perspectiva lo más objetiva posible, aunque sucinta por su carácter generalista, sobre el impacto que está teniendo la cuestión de los desahucios en la opinión pública.
Hasta ahora, la única serie estadística fiable sobre ejecución de hipotecas y desahucios para el período 2001-2012 la ha confeccionado el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), a la que hay que añadir, pero sólo para el año 2012, la del Colegio de Registradores de la Propiedad. Las ha complementado el Banco de España con los resultados de la encuesta dirigida a un conjunto de entidades bancarias.
De las estadísticas del CGPJ, fijaremos nuestra atención sobre las ejecuciones hipotecarias solicitadas por las entidades bancarias y resueltas por los órganos judiciales competentes. Como no es nuestra intención realizar un análisis exhaustivo de estas estadísticas, se comentarán solamente las ejecuciones resueltas, advirtiendo de antemano que no se contempla ningún detalle relativo a la naturaleza de los bienes hipotecados. Teniendo esta matización in mente, la tabla 9 y el gráfico 15, con la serie del período 2001-2012, demuestran, en una primera aproximación, una aceleración de las ejecuciones hipotecarias a partir del estallido de la crisis en 2007, tanto a escala nacional como autonómica, y tanto en los valores absolutos como en la tasa de variación entre los subperíodos 2001-2006 y 2007-2012, cuyo desglose es de utilidad en esta investigación para comparar el comportamiento de las ejecuciones hipotecarias antes y después de la “burbuja”. Centrándonos en la comparación entre ambos períodos, destacan sobre el incremento nacional (176,9%) las regiones turísticas particularmente afectadas por el “boom” inmobiliario (Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana o Murcia), donde supera ampliamente el 200%, pero también ocurre algo parecido en otras que no comparten ese mismo perfil, como La Rioja (309,8%) y Aragón (237,9%).
Mayor visibilidad dramática respecto a la ejecución de las hipotecas tienen los “lanzamientos devueltos con resultado positivo”, es decir, aquellos realizados de acuerdo con lo decidido por los juzgados. Su cuantificación a escala nacional y regional es recogida en la tabla 10 y el gráfico 16. La serie utilizada, empero, sólo incluye el período 2008-2012, en el que los efectos sociales de la crisis ya habían dejado constancia de su profundidad. Lo demuestra el monto total de ejecuciones hipotecarias resueltas, 159.763. Cuatro comunidades autónomas totalizan casi tres cuartas partes de los lanzamientos de este período (68,8%): Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid. La perspectiva es muy distinta cuando se comparan las variaciones regionales del período, apreciándose aceleraciones muy dispares dependiendo de los valores de partida. Una precaución necesaria para valorar los datos comentados es que los lanzamientos pueden derivarse de ejecuciones hipotecarias, pero que también los hay motivados por la falta de pago del alquiler u otro tipo de deudas o por recuperación de viviendas en precario. Además, en las cifras de desahucios también están incluidos los que afectan a todo tipo de inmuebles y no sólo a viviendas principales.
Gráfico 15 – Tasa de variación de las ejecuciones hipotecarias entre dos periodos. 2001-2006 y 2007-2012
Nota: Se computan aquellos procedimientos que, tramitados en los Juzgados de Primera Instancia, permiten exigir el pago de las deudas garantizadas por prenda o hipoteca al acreedor con escritura de hipoteca a su favor, debidamente inscrita en el Registro de la Propiedad.
Fuente: Consejo General del Poder Judicial. Elaboración propia.
Gráfico 16 – Tasa de variación de los lanzamientos hipotecarios realizados con resultado positivo. 2008-2012
Fuente: Consejo General del Poder Judicial. Elaboración propia.