La principal causa del aumento de la población mayor en nuestro país es el incremento de la esperanza de vida. La esperanza de vida al nacer “representa el promedio de años que se espera que llegue a vivir un individuo desde el momento de su nacimiento, si a lo largo de su vida se mantienen en todas las edades las mismas condiciones de mortalidad existentes en ese mo¬mento. Constituye un fiel reflejo del bienestar de una comunidad, de ahí que este indicador transcienda el ámbito de la salud y sea también utilizado en análisis de tipo económico o en aquellos en los que se pretende medir el nivel de desarrollo de los diferentes países. Asimismo, la esperanza de vida sigue siendo sin duda uno de los indicadores que, de forma sintética, mejor describen la salud global de la población” (Observatorio de las Personas Mayores: Informe 2010. Las personas mayores en España, p. 63).
Como se puede apreciar en el gráfico 5, la esperanza de vida al nacer aumentó significativamente entre 1941 y 1981, y ha seguido un ritmo de incremento constante pero más atenuado desde entonces. En 2011, la esperanza de vida al nacer era de 82,3 años. Las previsiones demográficas prevén que en 2045 se superen ampliamente los 85 años. La desagregación por sexo muestra que la esperanza de vida al nacer es de 79,3 años para los hombres y de 85,2 para las mujeres, una brecha de 5,9 años. Si bien estas diferencias han ido aumentando desde principios del siglo anterior –debido, por un lado, a la evolución del papel social de la mujer, el descenso de la fecundidad y los progresos en las condiciones de maternidad que motivaron una paulatina disminución de las causas específicas de mortalidad femenina, y, por otro, a la sobremortalidad masculina que afecta a todas las cohortes–, desde principios del siglo XXI se aprecia una ligera reducción, achacable en parte a una creciente igualación entre sexos de los comportamientos sociales y estilos de vida con impacto en la salud, particularmente los ligados al consumo de alcohol y tabaco.
Gráfico 5 – Evolución de la esperanza de vida al nacer por sexo. 1901-2011
Fuente: Elaboración Fundación Encuentro a partir de INE (2012): Anuario estadístico de España 2011; y datos INE.
Si se toma como referencia la esperanza de vida a los 65 años, como es lógico, se repite la misma pauta: un constante incremento en ambos sexos y el estancamiento a partir de los primeros años noventa de la diferencia entre hombres y mujeres, que se sitúa en torno a los cuatro años (tabla 2).
Los datos que acabamos de comentar nos sitúan en las posiciones de cabeza en el ámbito de la UE. Como se aprecia en la tabla 3, respecto a la esperanza de vida al nacer, las mujeres españolas ocupaban la primera posición junto con las francesas, mientras que en el caso de los hombres se situaban en quinta posición, tras Suecia, Italia, Malta y Chipre. Por lo que se refiere a la esperanza de vida a los 65 años, los hombres se situaban en segunda posición, por detrás de Francia y con el mismo dato que Italia, y las mujeres en segunda, por detrás de Francia.