La gran batalla –no sólo económica, sino sobre todo simbólica– entre lo digital y lo físico se juega en el sector del libro. No se trata sólo de que sea una actividad con unas cifras económicas muy superiores a las de la música, sino que, por un lado, su utilización trasciende ampliamente el ámbito del ocio para adentrarse en otros de tanta importancia como la educación; y, por otro, el libro constituye uno de los elementos con los que se identifican el progreso y el desarrollo en las sociedades modernas.
El proceso es más lento, pero los datos empiezan a ser incontestables. En Estados Unidos, el gasto en libros electrónicos aumentó un 65% en 2011 respecto a 2010. Las previsiones de PriceWaterhouseCoopers apuntan a que este gasto aumentará un 30% anual hasta 2016, con una cifra estimada para ese año de 20.800 millones de dólares. En apenas cinco años pasará de un 4,9% de participación en el gasto total en libros a un 17,9%.
Los datos en nuestro país empiezan también a ser significativos. En 2011 se publicaron en España 20.119 obras en formato de archivo de Internet (ebooks), un 55,4% más que las 12.948 publicadas en 2010. Como se puede apreciar en la tabla 14 , la cifra se ha disparado desde 2009, año en el que aumentó más de un 100%, aunque el incremento más notable se produjo en 2010, con un 155%. En 2008 apenas se publicaron 2.519 libros electrónicos, lo que muestra la aceleración del proceso. Por otro lado, hay que tener en cuenta que estas estadísticas de publicaciones del Observatorio del Libro y la Lectura se hacen a partir de los datos de registro del ISBN. Actualmente, las librerías online, como Amazon, no exigen este registro para la venta. Además, hay numerosas publicaciones gratuitas que circulan con licencias creative commons. Por consiguiente, tanto el número de publicaciones digitales como los datos de facturación pueden estar infravalorados en las estadísticas basadas en el ISBN.
La comparación con los datos correspondientes a la edición en soporte papel son muy ilustrativos. Frente al citado aumento del 55,4% en la edición digital de 2011 respecto a 2010, las publicaciones en papel se redujeron un 14,3%, al pasar de 96.238 en 2010 a 82.495 en 2011. Por lo que se refiere al porcentaje de participación en el total de las publicaciones, la edición digital supuso un 17,9% en 2011, frente al 11,3% de 2010. En 2008 suponía un 2,6%, lo que significa que en apenas cuatro años se ha multiplicado casi por siete.
La denominada edición electrónica, en la que también se engloban publicaciones en CD-ROM y DVD, es claramente superior a la edición digital de archivos de Internet (29.882 publicaciones electrónicas frente a 20.119 archivos de Internet en 2011), pero dichos formatos han empezado a ver reducidas sus cifras, fundamentalmente por la extensión de los lectores digitales (e-readers). La evolución de estos dispositivos corre en paralelo a la explosión de la edición digital que estamos comentando. Según datos de la consultora GfK, en nuestro país se vendieron 335.000 lectores de libros digitales en 2011, al tiempo que su precio medio pasó de 281 a 134 euros, convirtiéndose en uno de los principales objetos de regalo. A esto hay que añadir la popularización de las tabletas (una de cuyas funcionalidades más utilizadas es como lector digital) y hasta de los teléfonos móviles inteligentes con pantalla ampliada, que también pueden ser utilizados, al menos ocasionalmente, como lectores.
Además, no es desdeñable el hecho de que el precio de los libros electrónicos se ha reducido sustancialmente en los últimos años, mientras que el de los editados en soporte papel ha experimentado la evolución contraria. Así, el precio medio de una publicación en formato electrónico se redujo a la mitad entre 2001 y 2010, al pasar de 39,34 a 18,70 euros. En el mismo período, el precio medio del libro en papel pasó de 15,17 a 20,58 euros. Es decir, el precio medio de un libro electrónico es un 10% menor que el de un libro en soporte papel. Si a esto se suma la disponibilidad inmediata, la posibilidad de almacenar cientos de libros en un único dispositivo y el creciente número de servicios asociados disponibles en el formato electrónico (consulta de diccionarios, páginas web, realización y archivo de notas…), parecen claras las razones de su auge.
Los datos económicos van muy por detrás de lo que reflejan los indicadores que acabamos de comentar respecto a la oferta y el equipamiento en el ámbito digital. Un importante factor explicativo de este hecho es que –como señala el informe Hábitos de Lectura y Compra de libros en España 2011, de la Federación de Gremios de Editores de España– sólo el 36,9% de los lectores en soporte digital en nuestro país obtiene los libros que lee en su libro electrónico mediante el pago por la descarga. No obstante, según el informe Comercio Interior del Libro, la facturación de los libros en formato digital fue de 70,5 millones de euros en 2010, un 37,5% más que en 2009 (51,2 millones de euros). Su participación en la facturación total del sector fue del 2,4% en 2010 y del 1,6% en 2009. Los datos de 2011, en medio de una grave crisis económica, muestran una ralentización, ya que la facturación de la edición digital aumentó un 3%, hasta 72,6 millones, un resultado que vuelve a contrastar con la reducción de un 4,1% en la facturación total del sector.
A esto hay que añadir dos elementos más. Por un lado, en los países con un mercado editorial digital más avanzado, los lectores de libros digitales leen más y compran más libros. Según los datos de la encuesta The Harris Poll, el 16% de los estadounidenses lee de 11 a 20 libros al año, frente al 33% de los propietarios de estos dispositivos; el 20% lee 21 libros o más, frente al 27% en el caso de los propietarios de estos aparatos. Por lo que se refiere a la compra de libros, uno de cada diez compró entre 11 y 20 libros en los doce meses anteriores a la encuesta y el 9%, 21 o más. Entre los propietarios de lectores digitales, los porcentajes correspondientes se elevaron al 17% en ambos casos. Por otro, los jóvenes son los que comparativamente más libros electrónicos leen. Como se puede apreciar en el gráfico 8, el porcentaje de jóvenes de 14 a 24 años que leen libros electrónicos (13,7%), prácticamente duplica el porcentaje del total (6,8%).
Gráfico 8 – Lectores en soporte digital por grupos de edad y sexo. En porcentaje. 2011
Fuente: Federación de Gremios de Editores de España (2012): Hábitos de Lectura y Compra de libros en España 2011.