Pasamos cada vez más tiempo de nuestra vida frente a una pantalla. A la televisión –mejor, a las múltiples televisiones– en el hogar se unió primero el ordenador y más tarde el portátil y las tabletas. Finalmente, el smartphone se incrustó en nuestros bolsos y bolsillos como la pantalla protésica que nos da acceso permanente y ubicuo al mundo digital, en el que desarrollamos una parte cada vez mayor de nuestras actividades cotidianas.
El uso del móvil respecto al del smartphone supone un auténtico cambio radical de escenario. Aunque tecnológicamente se pueda entender el tránsito del móvil al smartphonecomo un continuum acumulativo de agregación de tecnologías, desde el punto de vista social supone un verdadero salto cualitativo que induce cambios sustanciales en nuestra experiencia vital. En el informe La sociedad de la información en España 2011, de la Fundación Telefónica, se afirma que el nacimiento del smartphone constituyó el punto de inflexión que marcó el inicio de una nueva era en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación. Durante los últimos treinta años, el ordenador personal ha ocupado una posición central en nuestra vida digital y ha sido la puerta principal de acceso a la Red. Hoy se puede decir que hemos entrado en la era postPC: en 2011, el smartphone ha superado por primera vez al PC como el terminal inteligente más vendido en el mundo. El smartphonedefine la era 2.0.
El desarrollo de la banda ancha móvil, de las pantallas multitáctiles –que permiten una navegación sencilla e intuitiva–, de las interfaces de respuesta inmediata y fluida y de miles de aplicaciones de todo tipo explican la difusión fulgurante y la democratización de estos dispositivos. El aumento de la capacidad de las memorias flash o su sustitución por nuevas tecnologías de almacenamiento contribuirán aún más a incrementar el protagonismo delsmartphone al facilitar que los usuarios puedan almacenar cada vez más datos, música, fotos, vídeos y aplicaciones.
Un estudio de Pew Research Center, Americans and their cell phones ilustra esta transformación. Evidentemente, hay actividades que por condicionamientos tecnológicos apenas se podrían realizar “normalmente” en un móvil, pero otras ya eran plenamente operativas en estos dispositivos y, sin embargo, también su uso se dispara en lossmartphones. Como media, los usuarios norteamericanos de móviles realizaban 2,5 de las actividades sobre las que se preguntaba, mientras que entre los usuarios de smartphonedicho número se multiplicaba hasta 9.
Actividades que los propietarios adultos de móviles realizan a través de él, según tipo de móvil. En porcentaje. 2011
Propietarios desmartphones | Propietarios de otros móviles | |
Enviar o recibir mensajes de texto | 92 | 59 |
Hacer fotografías | 92 | 59 |
Acceder a Internet | 84 | 15 |
Enviar una foto o un vídeo | 80 | 36 |
Enviar o recibir correos electrónicos | 76 | 10 |
Descargar una aplicación | 69 | 4 |
Jugar | 64 | 14 |
Escuchar música | 64 | 12 |
Grabar un vídeo | 59 | 15 |
Acceder a una red social | 59 | 8 |
Ver un vídeo | 54 | 5 |
Subir una foto o un vídeo a una red social | 45 | 5 |
Hacer gestiones bancarias | 37 | 5 |
Acceder a Twitter | 15 | <1 |
Participar en una videollamada o en un vídeochat | 13 | 1 |
Número medio de actividades realizadas | 9,0 | 2,5 |
Fuente: Pew Research Center’s Internet & American Life Project (2011): Americans and their cell phones.
El smartphone se está convirtiendo en un aparato esencial para muchas personas, tanto en su vida personal como profesional. Vivimos cada vez más no con ese aparato, sino en ese aparato. A través de él gestionamos una parte creciente de nuestra vida como individuos, ciudadanos y trabajadores. El smartphone será cada vez más nuestro “cerebro vicario”.
Pero no sólo se ha multiplicado el número de pantallas en nuestra vida cotidiana en los más diversos ámbitos y el tiempo que pasamos ante ellas. El cambio más radical no es que convivimos con un número cada vez mayor de ellas sino que vivimos crecientemente en ellas, actuamos e interactuamos en ellas. Las llamadas telefónicas de voz se han reducido de manera significativa, las redes sociales son los nuevos espacios de encuentro, los jóvenes escuchan la música mayoritariamente en la Red, las fotografías pasan directamente de la cámara digital a la memoria USB, la relación con el banco se ha reducido prácticamente a la visita regular a la pantalla del cajero automático del banco…, y podríamos seguir con una lista interminable.
La realidad actual de las pantallas (como metonimia del mundo digital) parece abocarnos a la superación de la clásica metáfora de la televisión como ventana al mundo, como espacio de visión y contemplación, y acercarnos a la entrada de la madriguera de Alicia en el país de las maravillas, que nos invita a adentrarnos en un espacio donde nos ocurren y hacemos cosas y donde –como en la obra de Lewis Carroll– son muchas las preguntas por responder ante un escenario nuevo.