¿Cómo se distribuyen por clase los inmigrantes en España? ¿Qué diferencia su perfil de clase del de los nativos españoles? Con objeto de controlar la gran variedad interna de los inmigrantes, conviene evitar tratarlos conjuntamente como si fueran un colectivo homogéneo. Metodológicamente, proponemos prescindir de los inmigrantes procedentes de los países desarrollados y examinar las distribuciones de clase de los españoles autóctonos y las de las tres comunidades más numerosas de inmigrantes: rumanos, marroquíes y ecuatorianos. Estas tres comunidades constituyen casi la tercera parte de todos los inmigrantes que residen en España, son muy representativas del conjunto de los inmigrantes económicos y proceden de tres regiones del mundo tan diferentes como África, Europa del Este y América Latina, pero en todo caso de países con un nivel de desarrollo inferior al español.
Pese a todas las diferencias que puedan presentar estas tres comunidades de inmigrantes, su perfil de clase es básicamente similar (ver gráfico). Lo es, al menos, en varios sentidos. En primer lugar, la mayoría de los rumanos (60,8%), marroquíes (54,6%) y ecuatorianos (58,1%) se sitúa en la clase de los Trabajadores no cualificados. Contrastan así claramente con los españoles y con los inmigrantes de los países desarrollados en una razón de aproximadamente 3 a 1. En segundo, las tres comunidades tienen también una presencia relativamente mayor en la clase de los trabajadores cualificados, en esta ocasión en una razón de aproximadamente 2 a 1 respecto a los nacidos en España. Por último, las tres comunidades se encuentran manifiestamente infrarrepresentadas en el mundo del trabajo de cuello blanco (es decir, directivos y profesionales de nivel alto y bajo y ocupaciones intermedias).
Estructura de clases de la población ocupada residente en España por país de nacimiento. En porcentaje. 2010
Fuente: Elaboración Fundación Encuentro a partir de INE, Encuesta de Población Activa, varios números.
Merece la pena reseñar también algunas peculiaridades de las tres comunidades. Por ejemplo, aunque muy pocos rumanos y ecuatorianos se sitúan en la clase de los pequeños empleadores y autónomos, los marroquíes tienen una presencia relativamente próxima a la de los españoles. Y, aunque muy pocos rumanos y marroquíes se encuadran en la clase de los empleados de comercio y de los servicios de nivel bajo, los ecuatorianos se aproximan relativamente a los españoles.
En conjunto, la estructura social de los inmigrantes económicos se caracteriza por una distribución de clase mucho más desequilibrada que la de los españoles nativos. Aproximadamente las tres cuartas partes de estos tres colectivos se sitúan en las clases trabajadoras (cualificados y no cualificados). Sólo una minoría ha conseguido empleos de tipo profesional. Las ocupaciones intermedias, la pequeña burguesía e incluso la clase de los empleados en los servicios de nivel bajo se encuentran muy poco ocupadas por los inmigrantes económicos (salvo, tal vez, en el caso de los ecuatorianos en la clase de los trabajadores de cuello blanco de rango inferior).