La familia ha sido considerada tradicionalmente el cuarto pilar del Estado de Bienestar en nuestro país. La solidaridad intrafamiliar en forma de transferencia de recursos económicos y materiales y de servicios constituye la última y más importante red de apoyo ante las situaciones de dificultad de sus miembros. Tras años de fortalecimiento de las políticas de prestaciones públicas, cabe preguntarse cómo está respondiendo la solidaridad familiar en estos tiempos de crisis profunda. El Barómetro de septiembre de 2010 del CIS nos permite un primer acercamiento.
En los doce meses previos a la realización de la encuesta (septiembre de 2010), el 13% de los españoles había recibido ayuda monetaria de un familiar y un 13,5% ayuda en especie de ropa, comida o cuidados. Las mujeres declaran más haber recibido ayuda: el 13,4%, frente al 12,5% de los hombres, se ha beneficiado de ayudas económicas de su familia y el 15,6% (11,2% de los hombres) recibió ayudas en especie o servicios.
Por edad, los más jóvenes son los que en mayor medida afirman haber recibido ayuda. Esto confirma la hipótesis apuntada de que los jóvenes están siendo apoyados intensamente por las familias. El 29,7% de los jóvenes comprendidos en el grupo de 18 a 24 años han recibido ayuda monetaria de la familia y el 17,6% otras ayudas. Los porcentajes de los que tienen entre 25 y 34 años son del 22,9% y 17,3%, respectivamente. Los mayores de 65 años son los que menos ayudas económicas han obtenido de sus familias (3,6%). En cambio, el 16,6% ha recibido asistencia familiar en cuidados, comida, etc.
La clase social tiene un peso determinante. El sector de clase más baja, los obreros no cualificados, ha recibido ayuda económica en mucha mayor medida (18,2% frente al 11%-13%) que el resto. En cambio, se detecta que todos los grupos están siendo ayudados en especie o en forma de servicios: entre un 10%-11% de las clases altas, medio altas y nuevas clases medias; los porcentajes de las viejas clases medias, los obreros cualificados y los Por actividad, el 22,4% de los parados ha recibido ayudas económicas y el 18,2% ayudas en especie o servicios. El hecho de que la principal fuente de ingresos de los jubilados sean las pensiones y su menor nivel de endeudamiento explica el bajo porcentaje de éstos (5,2%) que han recibido ayuda económica. Más llamativo es el bajísimo porcentaje de los agricultores que se ha visto en esta situación (4,8%), el mismo de los que han recibido otro tipo de ayuda. A falta de indicadores específicos, algunos de los factores que pueden explicar este dato son la tradicional aversión al endeudamiento de los agricultores españoles y la menor necesidad de recurrir al crédito hipotecario (o su menor cuantía) en el medio rural.
Los datos por tipo de hábitat parecen apoyar esta explicación. El porcentaje de personas que viven en municipios rurales (menos o igual a 2.000 habitantes) y recibe ayudas económicas de la familia es, con diferencia, el más bajo, menos de la mitad del que se registra en las ciudades de más de 400.000 habitantes. Estas diferencias no son tan acentuadas en el ítem de otro tipo de ayudas. En este caso los porcentajes más bajos corresponden a las ciudades de 50.001 a 100.000 habitantes y en las de más de un millón. En estas últimas, la distancia física (bien dentro de la gran urbe o por residir los miembros de la red familiar más cercana en distintas localidades) condiciona negativamente la recepción de la ayuda familiar.
En los grupos más vulnerables por clase social, las prestaciones económicas públicas son muy frecuentes: el 18,2% de la clase obrera sin cualificación ha sido ayudado económicamente por la familia y el 16,7% por alguna Administración. Cuando hay situaciones de desempleo, la ayuda de la Administración se hace presente en muchos más casos: el 22,4% de los parados ha obtenido ayuda de la familia y el 27,9% de los mismos de la Administración. Sin embargo, las ayudas en especie o servicios siguen siendo casi monopolio de las familias y en mucha menor medida de los amigos (4,4%), lejos del auxilio que presta la Administración (1,1%).
En conclusión, la familia ha dado bienes o prestado dinero y servicios al 13% de los españoles y aproximadamente a una de cada cinco personas de los sectores más vulnerables. Es una ayuda monetaria combinada con la Administración y una ayuda en especie o servicios que prestan en exclusiva las familias.