Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa sitúan la tasa de paro de la economía española por encima del 20%, con más de 4,9 millones de parados. Estas cifras han supuesto un cambio radical en el panorama del mercado de trabajo de nuestro país en los últimos cuatro años. El fuerte descenso de la ocupación no ha afectado de forma homogénea a todos los grupos de trabajadores. Por el contrario, dicho efecto está siendo muy distinto en función del sexo, la edad, el nivel de estudios o la rama de actividad económica.
Así, tomando como referencia el cuarto trimestre del año 2007 (el primero en que se reduce el número de ocupados), el número de personas ocupadas ha descendido en 2.325 mil, de las cuales 1.938 mil son hombres y 387 mil mujeres. En términos de tasa de empleo, se han reducido en 11 y 3 puntos porcentuales, respectivamente, situándose en el primer trimestre de 2011 en el 53,4% la correspondiente a los hombres y 41,1% la referida a las mujeres.
El mayor peso de la pérdida de empleo masculino está relacionado fundamentalmente con la pérdida de puestos de trabajo en el sector de la construcción, sector que supone más de la mitad de la reducción del empleo. A pesar de esta situación, en algunas ramas de actividad se ha creado empleo, de forma que en el último trienio se ha incrementado la ocupación en algunas actividades del sector terciario, como son las actividades sanitarias y de servicios sociales o las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento.
Por grupos de edad, la mayor reducción de empleo se ha concentrado en el tramo de edad central –entre los 25 y los 54 años-, dado que es éste el grupo con mayor tasa de ocupación. Sin embargo, los jóvenes han visto cómo sus tasas de ocupación se reducían prácticamente a la mitad (de un 41,8% a un 24,3% entre los menores de 25 años).
Podemos relacionar estos datos tanto con la mayor precariedad de los puestos de trabajo de los jóvenes (mayor temporalidad) como con su menor cualificación, especialmente en el tramo de edad comprendido entre los 16 y los 19 años, que registra las mayores tasas de paro, superando el 60%. Hay que tener en cuenta que, precisamente por su edad, estos jóvenes tienen un nivel educativo bajo, dado que no les ha dado tiempo a obtener un título universitario. Además, en torno al 80% de la pérdida de empleo registrada desde 2007 se ha concentrado en personas con nivel educativo inferior a la primera etapa de educación secundaria. En este sentido, es especialmente importante que las personas desempleadas traten de aprovechar este periodo para mejorar su formación, ya sea volviendo al sistema educativo reglado (especialmente en el caso de los más jóvenes) o participando en las políticas formativas que se llevan a cabo desde el Servicio Público de Empleo.
Otro de los colectivos afectados intensamente por la crisis es el de los ocupados por cuenta propia. Si en 2007, superaban los 3,2 millones de personas, el último dato disponible de la EPA nos muestra que no llegan a los 2,9 millones, lo que supone que casi una quinta parte de la pérdida de empleo registrada desde 2007 se corresponde con empleo autónomo. También los datos del DIRCE concluyen que la mortalidad empresarial se ha elevado en el periodo 2008-2009, especialmente en el caso de las pequeñas y medianas empresas. Algunas de las medidas puestas en marcha por el Gobierno se dirigen a apoyar la situación de estas empresas (líneas de crédito del ICO, incentivos al empleo incluidos). No obstante, mientras no mejore el acceso al crédito, parece difícil que la economía española vuelva a crear empleo.
Este capítulo sobre mercado de trabajo trata de explicar la situación del mercado laboral en España durante el último año, atendiendo a los colectivos más afectados por el desempleo y a los principales cambios ocurridos durante esta etapa de crisis económica. Asimismo, se expondrán cuáles son las reformas y medidas de política económica que se han llevado a cabo con el fin de paliar los efectos de esta recesión.